El Atleti está en otra Liga

Valencia

El gol del Atlético de Madrid llegó en la recta final tras un rebote desafortunado, pero pudo producirse mucho antes, las cosas como son. Sobre todo, en la primera mitad, tramo del encuentro en el que el Valencia estuvo claramente sometido durante -como mínimo- treinta minutos al juego ofensivo rival. Solo las intervenciones de Jaume, especialmente en dos tiros de Lemar, mantuvieron al murciélago en pie. 

Simeone rebuscó en su segunda unidad para agitar el encuentro desde el primer instante del segundo acto. Javi Gracia había planificado una batalla de desgaste y el entrenador argentino no quiso esperar a que el cansancio en las piernas igualara las fuerzas. Joao Félix (126 millones de euros pagó Gil Marín por su traspaso), Carrasco y Kondogbia -titular indiscutible en Mestalla; suplente de lujo en el Metropolitano- volcaron de nuevo el partido hacia la portería de Jaume Doménech. En una de esas, posiblemente en una de las fases de la tarde en las que menos sufría el Valencia, llegó el 0-1. 

No hubo capacidad de reacción. Primero, porque durante buena parte del choque dio la sensación que el equipo de Gracia jugaba a empatar. Y segundo porque, minutos antes del tanto atlético, el técnico navarro había sacado del campo a Maxi Gómez, gran esperanza blanca en lo ofensivo. Oblak ni rompió a sudar tras la reanudación. 

El partido sirve para constatar, una vez más, la realidad deportiva del Valencia esta temporada. Por mucho que Kang In hubiera podido jugar un cuarto de hora o veinte minutos. Simeone tiene dos equipos para competir en Liga y Champions. Javi Gracia vive con los dedos cruzados para que no se le constipen Gabriel, Carlos Soler o Maxi, para los que no tiene recambio de garantías. Es la plantilla que Peter Lim ha querido nos guste o no. Que no nos gusta.