Una oportunidad perdida para "la nación" canaria

Las Palmas de Gran Canaria

Coalición Canaria ha dejado pasar la oportunidad, en su séptimo Congreso, de salir reforzada como fuerza política con un proyecto claro de futuro para "la nación" que dicen representar.

Frenó su autocrítica la convicción de que no perdió las elecciones, sino que fue desplazada de la mayoría de gobiernos -del poder que llevaba ejerciendo en Canarias cinco lustros- por una conjuración de todos contra ellos. Sin reconocer que no tener capacidad para conciliar apoyos, también es perder.

En la oposición no se diluyó como azucarillo, como auguraban sus fervientes opositores. No hay duda que es una formación consolidada y que ha jugado un relevante papel en esta tierra. La duda es si será capaz de recuperar la hegemonía política de la que gozó durante décadas, para seguir jugándolo en el futuro.

Y la realidad es que no ha sido capaz de aprovechar la travesía del desierto para refundarse. Para renovar equipos y, sobre todo, ideas. Para presentar un proyecto que ilusione, que es en realidad la mejor manera de movilizar al electorado. Por el contrario, ha optado por ser más crítica que propositiva, en un momento en que ya ejerce de oposición al Gobierno de Ángel Víctor Torres una momumental conjugación de crisis: la sanitaria, la socioeconómica y la migratoria.

Los nacionalistas inician, en fin, su nueva andadura con el mismo líder y el mismo discurso con que terminó la pasada legislatura. Y con desequilibrios insulares e ideológicos que no benefician ni a la propia Coalición ni a Canarias.