El gesto de Aizpurua con Lluch

Bilbao

La diputada de EH BIldu, Mertxe Aizpurua, participó ayer en el homenaje del Congreso al socialista Ernest Lluch en el vigésimo aniversario de su asesinato por ETA. Para buena parte de la prensa española fue un momento histórico. Pero no es así.

EH Bildu ha asistido ya dos veces al homenaje a las víctimas del propio Congreso, como lo hace a los del Parlamento de Vitoria, desde que en 2013 Laura Mintegi acudió al tributo a Buesa. Les abrieron camino desde EA y Alternatiba. Pero luego llegaron los gestos de SORTU. Su coordinador en Gipuzkoa asistió al homenaje de la familia de Korta. Concejales de Bildu, al de los ertzainas Arostegi y Mijangos. Hasta un alcalde, Julen Mendoza, organizó el acto en memoria del policía Cedillo. En el caso de Lluch, Pernando Barrena acudió en 2012 a un homenaje en Barcelona. Allí dijo que ese atentado "nunca debió suceder".

Aizpurua es la última en esta cadena de gestos plausibles de la vieja izquierda abertzale hacia las víctimas. Les sigue faltando, y ahí no ha habido evolución en ocho años: el reconocimiento del daño causado. Pasar, de las víctimas a apuntar al culpable.