Sin cocina

Asturias

«Carta reducida de la nueva normalidad», anuncia Arcadio en el encabezamiento de las raciones y tapas que siguen manteniendo en alto el estandarte del Ramón, todo un clásico del barrio de La Arena en Gijón. Hace siglos que no paro por allí pero me reconfortó el domingo a primeras horas de la noche comprobar que los espacios de antes en este post-todo de ahora siguen animados con la coña que deslumbra y vislumbra, los alumbran y nos relumbra.

Siempre tuvo el Ramón vocación de centrocampista. Y de los buenos. Por eso quizá recorta bien y con elegancia. Aunque mi último recuerdo futbolístico del lugar es el del gran Quini entrando a desayunar donde tomaba café uno de sus primeros valedores: José Luis Molinuevo, el entrenador que modificó su posición de la izquierda al centro en los tiempos del Ensidesa, Eraña, padre e hijo, Ciriaco y sobre todo Tati Valdés, la Maquinona, forman su memoria medular. Entre otros ilustres.

Claro que nada que ver en este tiempo especular con que te achiquen un cero a dos en el descanso y te guillotinen un tres a dos en el final. En Canarias o en el barrio La Arena, eso no es restringir la carta. Eso es no tener cocina o traficar con ella sin saber