El informe Pensilvania

Bilbao

Por fin sabemos dónde nos contagiamos de COVID los vascos. Por lo menos donde han coincidido los contactos estrechos con el caso índice. En un momento de transmisión comunitaria es imposible ir más allá, explicó ayer en el Parlamento el viceconsejero Berraondo. En uno de cada dos casos el contagio se produce en casa, un 27 por ciento en el ámbito social, un 14 en el educativo. Otros lugares tienen índices más bajos.

Hemos tardado meses en conseguir esta información. Parlamentarios y periodistas hemos preguntado por tierra, mar y aire para no obtener más que evasivas y generalidades. El último ejemplo, la parlamentaria de VOX, pidió por escrito las cinco causas más habituales de contagio por territorios. El Gobierno le mandó un corta pega de dos gráficos con colorines y dibujitos de la Universidad de Pensylvania. Lo justificaba porque la COVID es una pandemia los mecanismos de transmisión son los mismos en Euskadi que en el resto del mundo.

Si el Gobierno tiene un informe propio, ayer pareció que sí, por qué se lo guarda, a qué viene esa cicatería comunicativa (por no hablar del trato a la oposición). Queremos entender por qué se toman las decisiones. Igual es que es mucho pretender.