No a la Navidad

Postdata de Noa de la Torre (04/12/2020)
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Valencia
Es duro decirlo, pero no deberíamos celebrar la Navidad. Y si es duro decirlo, más lo es decretarlo. A estas alturas de la lucha contra la pandemia, ya no vale la excusa del desconocimiento. Hasta hemos sufrido una segunda ola. Es decir, logramos en su día aplanar la curva de contagios y experimentamos lo que implica relajar las restricciones: volver prácticamente a la casilla de salida. Y esto lo sabemos todos: administraciones y ciudadanía.
Tras el paréntesis del verano, nos encontramos de nuevo ante el dilema de la Navidad. Qué hacer en unas fechas tan marcadamente familiares cuando buena parte de los brotes se están dando en el ámbito social, en el ámbito familiar. ¿Prohibimos la Navidad cuando ya hay voces que alertan de una tercera ola? Nadie lo dirá, pero desde luego sería lo razonable.
Ahora bien, seamos honestos. Ni los gobiernos estarán dispuestos a asumir semejante coste político... ni nosotros como ciudadanos queremos que nos roben la Navidad. Y podemos poner todas las restricciones que queramos, pero lo cierto es que la Policía no entrará en las casas. Lo sabemos. Así que de nosotros depende, de nuestra responsabilidad individual. Si queremos correr el riesgo... o protegernos nosotros mismos. Porque nadie más lo hará.




