Los más fuertes

Córdoba

El estar a unas semanas de la Navidad más extraña de nuestras vidas, nos hace pensar en lo que hemos vivido este año con la explosión vírica del Covid-19. Ha sido un año muy duro, en el mejor de los casos de renuncias; en el peor, de despedidas de seres queridos. Pero también hemos visto aspectos increíbles: cómo nos hemos adaptado a resolver problemas por medios online, cómo todo se ha vuelto aún más global, inmediato y colectivo, cómo hemos convivido en situaciones extremas y cómo nos han sorprendido aquellas personas que tenemos cerca.

En mi caso, tengo que confesar que quien más me ha sorprendido ha sido mi padre quien, con setenta años, se decidió estos meses a aprender a coser a máquina. Con la guía de una excelente modista, mi madre, que ha ejercido de Cicerona, en mi familia hemos visto lo inimaginable. Y ya tengo dos faldas cosidas por él.

En mi casa, con el plan de contingencia hecho para evitar contagios en Nochebuena, planeadas las ventanas y puertas que van a estar abiertas, repartidas las esquinas del salón para comer, acepto mi cruel destino este año como cobarde friolera empedernida.

Esto me hace pensar en los ancianos de las residencias, en todo lo que han vivido y en la fuerza que siguen teniendo como la generación más fuerte que ha tenido este país ya que ellos vivieron una guerra civil, perdonaron lo imperdonable, construyeron un país democrático, sacaron adelante a la siguiente generación y están ahora luchando con una pandemia mundial. Todo nuestro amor a ellos si nos están escuchando, sois muy fuertes, siempre lo habéis sido. No olvidad quiénes fuisteis porque nosotros no lo hacemos y os mandamos a todos un beso por las ondas para que os dé fuerzas en el último empujón para salir de esta juntos.

Que venga pronto 2021, felices fiestas a todos.