Un más de lo mismo en toda regla

Valencia

Después de los últimos partidos ya tengo claro lo que es y lo que va a seguir siendo este Valencia de Javi Gracia; cosa que no me parece mal para la plantilla y el estilo de jugadores que tiene entre manos. Desde el partido contra el Getafe, que es el único que me ha gustado de verdad de los doce que ya llevamos esta temporada, tengo claro que el estilo es el que es y que, aunque sea el estilo propio de un equipo pequeño, a lo mejor es el más apropiado para lo que hay.

Un Valencia bien ordenado atrás, con las líneas muy juntas, casi siempre posicionado en su propio terreno de juego y, por ende, dándole la mayor parte del tiempo la pelota al rival. No me parece mal. Marcelino también disponía así a su equipo, nos podrá gustar más o menos, pero es evidente que obtuvo buenos resultados.

El problema es que aquel Valencia sabía gestionar de forma bastante eficaz las transiciones rápidas en cuanto recuperaba la pelota, y éste, quitando ese partido del Getafe y la segunda parte de Mendizorroza, no las sabe gestionar tan bien. Excluyo el partido del Madrid porque no me pareció demasiado mérito del Valencia el resultado sino del desastre defensivo del rival que se metió los cuatro goles por fallos estrepitosos de cada uno de sus cuatro defensas.

Ayer en Ipurua esas transiciones rápidas no existieron. El Valencia regaló la pelota, como siempre; se parapetó atrás, como siempre; concedió muchas llegadas del rival, como siempre; pero no generó apenas. Y ahí tenemos un problema. Es completamente cierto que las dos únicas que tuvo en todo el partido fueron clarísimas y que Dmitrovic fue clave en ambas, pero hubo eso y nada más en ataque.

Y de entre las varias cosas que no me gustan de este entrenador que tenemos, de ayer dos nuevas:

Bueno, la primera no es mala, sino todo lo contrario. Me encantan los entrnadores que trabajan la estrategia porque de balón parado se consiguen muchos goles, que luego suponen a su vez puntos y mejores posiciones en la clasificación. Pero claro, me encanta la estrategia bien ejecutada; no una estrategia en la que terminas liando a tus propios jugadores y parece que la haya ejecutado el enemigo. Hasta en tres ocasiones Carlos Soler y Lato se pusieron junto a la pelota en faltas laterales y empezaron a hacer amago tras amago sin pegarle a la pelota, que lejos de suponer el efecto imagino que deseado, terminaron por liar a sus propios compañeros que terminaron metiéndose en fuera de juego. Estrategia sí, por supuesto, la aplaudo, pero chapuzas no.

Y dos. No me gustan los entrenadores que se muestran satisfechos con el partido que ha hecho su equipo cuando la opinión mayoritaria de los que hemos visto ese mismo partido es muy diferente a la suya. Ayer vimos un Valencia que puede dar perfectamente gracias por el punto obtenido porque estuvo a merced del Eibar en los 20 o 25 minutos finales del partido. Insisto que es cierto que tuvo las dos ocasiones más claras, pero el asedio entre la de Racic y la final de Gameiro, fue cosa del equipo vasco. Si luego sales a rueda de prensa y dices que estás muy contento con el trabajo del equipo, que has sido mejor que tu rival y que has merecido la victoria cuando no ha sido así, pues mal vamos. Básicamente porque luego estarás transmitiendo un mensaje a tu vestuario que dista bastante con la realidad. Y así la capacidad de mejora se empequeñece.