Salvar la Navidad

Córdoba

Quince días faltan para que comience la que, sin duda, será la Navidad más extraña de nuestras vidas. Los jingles publicitarios grabados emocionalmente en nuestro subconsciente que nos invitaban a volver a casa por estas fechas han sido desplazados por esa frase repetida hasta la saciedad en las últimas semanas de “Salvar la Navidad”.

Tiene esta expresión un tono bélico que me trae a la memoria la película de Spielberg “Salvar al soldado Ryan”, en la que, tras el desembarco de Normandía, un pelotón de hombres dio su vida para devolver a casa a un único soldado que décadas después se preguntaba si había sido merecedor de tal sacrificio. ¿Valdrá la pena el rescate de la campaña comercial más importante del año y mantener a salvo parte de nuestra tradición cuando aún estamos padeciendo las secuelas de la segunda ola de la pandemia?

“Salvar la Navidad” es una frase confusa y ambigua, una más, como esos polémicos “allegados” del ministro Illa, que parecen invitarnos al consumo despreocupado y derrochón para mantener a flote la economía y que nos juntemos con relativa contención, siempre apelando a una responsabilidad colectiva que quienes nos gobiernan parecen ser reacios a hacer propia.

Es más que probable que hartos de tanta restricción, la insistencia y la inconsciencia nos lleve a dejarnos llevar por las luces de colores y los brindis, sin pensar en las consecuencias de nuestros actos. Si es así, la cuesta de enero se traducirá en una tercera ola con muchas más víctimas que no nos podemos permitir.

Al contrario, hagamos de esta Navidad rara e irrepetible, en la que los Reyes no llegarán en camello sino en globo y al portal de Belén le sobran no pocos pastores, una oportunidad. Demostremos lo aprendido a lo largo de estos meses sin abrazos. Manifestemos de manera recogida nuestros afectos presenciales y devolvamos a los más cercanos el sacrificio realizado con un consumo consciente y de proximidad.

Salvar la Navidad es comprometernos con nuestros seres queridos, con la memoria de los que ya no podrán estar con nosotros, con quienes a lo largo de los meses han puesto y ponen en juego su salud por defender la nuestra.

Salvar la Navidad es poner a salvo la vida.

¡Feliz 2021!