Defender el trabajo decente

Palencia

Con la publicación de los datos del paro correspondientes al mes de noviembre, tenemos en Palencia 113 parados más que el mes pasado y 1434 personas más que el mismo mes del año 2019. Pero lo que no cambia ni en época de pandemias ni en época de bonanzas – si es que alguna vez las hubo para la clase trabajadora - es la maldición del trabajo indecente.

Para aclarar conceptos es necesario explicar que se entiende por trabajo decente, que sea un trabajo estable, respetando los horarios y la jornada laboral, con los salarios estipulados en los convenios, con la protección de la salud laboral, que no discrimine a las personas por sexo, edad, etc. que permita conciliar la vida laboral y personal. Eso es lo que todos y todas entendemos por trabajo decente y debería ser “normal” en el siglo XXI.

Pero vemos como crece el concepto “falsos autónomos” y no solo en el sector de las empresas de reparto, los famosos –rider-que ya hay sentencias del supremo que dice que son trabajadores de empresa, me refiero a que están generalizados en muchos sectores, del transporte, de los seguros, de las empresas de logística, hasta de los medios de comunicación.

Pero la maldición del trabajo indecente no solo afecta a los falsos autónomos, también la padecemos en la subcontratación de actividades, las empresas de servicios - para no tener que aplicar el convenio del sector o convenio de empresa, la cesión de mano de obra a través de las ETT. En todos los sectores de la producción y en todas las actividades, en todos los niveles y en todas las categorías. Parece que los empresarios responden a las exigencias del siglo XXI con prácticas del siglo XIX.

Y la maldición del trabajo indecente, ya se hace pública hasta en las ofertas de empleo, se exige a las personas demandantes que “pongan sus propios medios” tengan ordenador propio y conexión adecuada para tele-trabajar a pesar de lo que recoge la nueva ley al respecto.

En esta maldición del trabajo indecente, es necesario nombrar las practicas (trabajar sin cobrar y sin contrato) que afecta fundamentalmente a las personas jóvenes y que está generalizado y aceptado como un peaje que tienen que pasar para entrar en el mundo laboral .

El futuro no puede ser trabajar en condiciones de esclavitud. Es verdad que las autoridades tienen la responsabilidad de hacer leyes y vigilar que se cumplan, pero no nos engañemos o defendemos nosotros el trabajo decente o vamos camino de la edad media.

Hasta la próxima semana