Este virus es un vampiro
Las medidas adoptadas por los epidemiólogos apuntan a que este virus es un vampiro, que huye de los rayos ultravioleta y sale en busca de compañeros de ataúd durante la noche cerrada

"La línea roja" de Matías Vallés (16/12/20)
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Palma
Habrán observado que todas las medidas para contener al coronavirus están vinculadas a la noche, desde el toque de queda cada vez más adelantado hasta la limitación de comensales en las cenas.
Sin olvidar la supresión radical del ocio nocturno.
Ante esta evidencia, la un día prometedora política Pilar Carbonell ha estallado con una furia ausente en la docilidad de restauradores, hoteleros y empresarios de todos los tamaños.
La empresaria no ha sido la primera en anotar que se castiga singularmente a la noche, pero lo ha plasmado con notable energía.
Por lo visto, el coronavirus está ausente de nuestro entorno hasta que se pone el sol, y en ese momento empieza a bailotear como un joven de juerga.
Las medidas adoptadas por los epidemiólogos apuntan a que este virus es un vampiro, que huye de los rayos ultravioleta y sale en busca de compañeros de ataúd durante la noche cerrada.
Es posible, pero poco creíble y sobre todo falto de una demostración científica.
De hecho, los escasos noctámbulos supervivientes saben que de madrugada hay poco que contagiar.
Por tanto, se advierte una componente moralista en esta obsesión por prohibir la noche, y por fingir que en el horario diurno no vemos nada.




