Ecoaranda defiende su legalidad
La empresa de tratamiento de lodos acusa a un agente medioambiental vecino de estas instalaciones de promover denuncias falsas contra sus vertidos
Ecoaranda defiende la legalidad de su actividad industrial frente a las denuncias que han motivado que la Fiscalía emprenda una investigación. Esta empresa de tratamiento de lodos ha hecho público un escrito en el que atribuye el cierre cautelar de la planta que este verano decretó la Delegación Territorial de Medioambiente a un agente medioambiental propietario de una vivienda, que califica de “ilegal” en terreno rústico situada a escasos metros de la ubicación de empresa. Señala en este comunicado que “parece que le molesta la actividad” que lleva a cabo esta planta. Entiende que fue este vecino el que adoptó esta resolución que “fue reconocida por un informe de la Letrada de la Asesoría Territorial de Burgos de la Junta de Castilla y León, lo que provocó la anulación de la misma por el Delegado Territorial de la Junta”. Y explica que “la ilegalidad de la medida hizo que Ecoaranda interpusiese una querella por prevaricación contra los agentes que firmaron el acta de inspección y que actualmente se encuentra en fase de instrucción”. Recuerda también que la ley de Régimen Jurídico del Sector Público obliga a que se abstengan “las autoridades y funcionarios en caso de que haya un interés personal, en caso de vínculo matrimonial con algún interesado o en caso de enemistad con los interesados”, circunstancias que cree que “concurren en este caso”.
Ecoaranda se define como “una empresa muy concienciada con el medio ambiente, que presta servicio de gestión de residuos y, que está comprometida con la calidad en la prestación de sus servicios. La empresa ha realizado varias mejoras voluntarias a lo largo del tiempo, con su correspondiente coste económico, pero compensado con una idea “la de hacer las cosas bien, y cada día mejorar”. Añade que “se ha plantado más de 200 árboles en el último año a lo largo de todo su perímetro interior, con la intención de la mejora estética y disminuir cualquier posible afección externa. Todo el compost se produce con materiales orgánicos, no se gestionan ni residuos peligrosos, ni contaminantes, sólo restos de poda, raspón, paja, lodos (entre los que están los de fosas sépticas), y similares de carácter no peligroso y otra mejora voluntaria y no obligatoria es que se realiza todo su proceso productivo en soleras de hormigón, con más de 20 cm de grosor. En sintonía con la economía circular, el nuevo Green Deal y el resto de normativa europea y española, se procede a la valorización de los residuos para generar abono que es analizado y controlado en sus componentes, a la vez que generan empleo´´.
Ecoaranda lamenta que “la empresa es atacada por vecinos que han construido viviendas ilegales en suelo rústico, y que desean disfrutar de sus fincas rústicas como si fuesen urbanas, es decir, sin granjas o actividades de gestión de residuos a su alrededor” Añade que “si alguien quiere tener un chalet con piscina con los derechos de suelo urbano y sin oler a gallinaza o estiércol no es en la Carretera La Aguilera donde debe comprar el terreno, debe hacerlo en los suelos destinados a viviendas, es decir, en suelo urbano, para concluir que “Ecoaranda no es una multinacional, pero detrás de ella hay más de 5 familias que intentan trabajar, así es que déjennos hacerlo”.