El Escorial palentino

Palencia

Se suele decir de una construcción que se desarrolla lentamente que "dura más que las obras del Escorial". La frase no se basa en una realidad, ya que la realización de todo el complejo del monasterio de San Lorenzo del Escorial duró 21 años, teniendo en cuenta la grandiosidad del mismo y que se construyó en el siglo XVI.

Si nos ponemos a rebuscar podemos encontrar ejemplos actuales en los que la duración de las obras supera a este insigne edificio. Probablemente el más relevante, que aún está en fase de construcción, es la basílica de la Sagrada de Familia en Barcelona. Supera con mucho los cien años, en concreto 138, pero quien haya visitado este monumento, que es el que más turistas congrega de España, adivina las razones.

En Palencia tenemos nuestro Escorial, que va camino de superar al original: el, hasta ahora fallido, Palacio de Congresos y Exposiciones de la Tejera. Se viene hablando de él desde finales de los noventa del siglo pasado. Ya en 2005 se adjudicó, por primera vez, la ejecución de las obras. Posteriormente, diversos avatares han hecho que, a día de hoy, todavía no se haya construido. No voy a entrar a valorar de quién es la culpa de esta situación porque muy probablemente entre todos la mataron y ella sola se murió.

Recientemente se ha firmado un protocolo de actuación entre el gobierno central, el autonómico, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento para que, de una vez por todas, puedan finalizarse las obras y que los palentinos podamos contar con este magnífico recurso. La dotación prevista ronda los 4,6 millones de euros, lo que a primera vista podría ser suficiente, aunque yo tengo mis dudas.

Bienvenidas sean noticias como éstas, ya que hace tiempo que estamos a falta de infraestructuras básicas para nuestra provincia. Muchas de ellas duermen el sueño de los justos y no se prevé que tengan un futuro cierto.

Recordemos un poco: el nuevo complejo hospitalario, el que tenemos se nos cae a cachos; el soterramiento del tren a su paso por la capital, aunque sea el corto; la autovía a Benavente, un eje fundamental para el transporte de mercancías; el tren de alta velocidad a Cantabria y eso que ahí está el Revilluca dando caña; la circunvalación completa de Guardo, que está muy bien terminar una parte, pero es necesaria en su totalidad; el polígono industrial en la zona del camino de la miranda, ya que hace muchos años que no existe suelo para poder instalar nuevas empresas; la autovía de Aguilar a Burgos, que este año recibe un pequeño empuje, pero lleva camino de prolongarse más que las obras del Escorial; etc.

Estas son algunas de las principales promesas de infraestructuras que, campaña tras campaña, nos hacen los políticos y que aún no han visto la luz ni se sospecha cuándo la verán. Espero que la buena noticia del protocolo firmado sobre el palacio de congresos y exposiciones de la tejera no se quiebre otra vez y antes de 2023, como han vuelto a prometer nuestros representantes, sea una realidad.

En mi carta de este año a los Reyes Magos les pediré que hagan viable el resto lo antes posible, a ver si ellos tienen más suerte que nosotros y lo logran.