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El nuevo Sadar: estadio público, aprovechamiento privado

El futuro estadio reformado, que pertenece desde 2014 al Gobierno de Navarra, tendrá 6 locales para distintos negocios cuyo alquiler irá a parar a Osasuna

Avance de las obras en el Sadar / Cadena SER

Pamplona

La reforma del Sadar avanza y ya ha reabierto la tienda oficial de Osasuna. En los próximos meses se espera que abran al público las oficinas y el museo, situados justo al lado de la tienda.. También se están renovando los dos locales de hostelería que tenía hasta ahora el estadio y el club busca arrendatarios para al menos cuatro locales más que van a estar repartidos por la nueva infraestructura. Restaurantes de comida rápida, gimnasio o entidad bancaria están entre los posibles inquilinos del nuevo Sadar.

El alquiler de estos locales ha supuesto un importante ingreso económico para el club cuando ha militado en Segunda, y sigue siendo relevante -aunque en menor grado- en Primera. Y es que, según ha podido saber la Cadena SER, Osasuna recibe el importe íntegro de estos alquileres, a pesar de no ser el dueño de las instalaciones. Las entregó en 2014 a Hacienda a cambio de su deuda de 53 millones de euros.

La ley aprobada entonces por el Parlamento para regular esa dación en pago, respaldada por UPN, PSN y PP, fija un alquiler anual de las instalaciones de Tajonar de 150.000 euros, mientras que la cesión de uso de El Sadar es gratuita. Esta reestructuración de la deuda se actualizó en 2019, cuando el gobierno presidido por Uxue Barkos (Geroa Bai) concedió un aval de 23 millones de euros al club para que afrontara la reforma del estadio y lo que le restaba de su deuda anterior. Ese aval también fue respaldado por el Parlamento con sólo 2 votos en contra, los de IE y 7 abstenciones, las de Podemos.

El contrato firmado entre Hacienda y club en 2015 marca que todos los ingresos por publicidad estática o arrendamientos de espacios del estadio van a parar a Osasuna, pese a que el recinto sea patrimonio foral. Esta situación se mantiene también en el documento que regula la actual reforma. La obra la paga Osasuna, pero todo lo que logre de subarrendar partes del estadio también se queda en la caja del club, sin que se tenga en cuenta la deuda pendiente con Hacienda por los avales otorgados.

En los más de 5 años que el patrimonio de Osasuna lleva en manos públicas, el estadio sólo ha acogido eventos organizados por Osasuna. En él se han disputado los partidos del equipo profesional en Segunda y Primera y también encuentros de Osasuna Femenino. Fuera de estas competiciones, el estadio también acogió en septiembre de 2018 un torneo entre equipos de aficionados organizado por una marca de cerveza que patrocinaba al club. El patrocinador sorteaba la posibilidad de participar en ese torneo entre quienes consumieran un número determinado de cervezas de su marca. Por tanto, el patrimonio público no ha tenido rendimiento ni económico, ni social, de la adquisición del estadio, que se tasó en 24 millones de euros.

 
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