Jóvenes sin trabajo y "sin papeles", nuevos perfiles de la pobreza en Lanzarote
Desde Cáritas en la isla y la Asociación Benéfica Calor y Café coinciden en que tras la pandemia ha cambiado el perfil de las personas que necesitan alimentos y ayuda

Entre Cáritas Diocesana en Lanzarote y Calor y Café han atendido a cerca de 1.600 familias durante la crisis sanitaria. / Cadena SER

Desde Cáritas en Lanzarote y la Asociación Benéfica Calor y Café coinciden en que, desde que dio comienzo la pandemia, el perfil de las personas que acuden en busca de ayuda ha cambiado. Además, entre ambas han atendido a cerca de 1.600 familias durante la crisis sanitaria.
El coordinador arciprestal en Lanzarote de Cáritas Diocesana, Marcial González, ha explicado en SER Lanzarote que de las 200 familias que atendían antes de la pandemia solo en Arrecife, han pasado a cerca de 600, solo en las cuatro parroquias con las que cuenta la capital. Admite que, de tener en cuenta el resto de parroquias de la isla "aumentaría mucho más la cifra".
"Sobre todo en lo más que estamos ayudando es en el tema de los alimentos. La gente acude porque no tiene nada que comer, independientemente de que a Cáritas lleguen para pedir ayuda o asesoramiento", ha descrito Marcial González, y añade que el perfil de personas que solicitan ayuda "ha cambiado mucho".
Antes de la pandemia "acudían muchas familias con niños y cuando había una situación de que se quedaban en paro". A éstas se suman "muchas personas jóvenes, e incluso personas que viven solas. Una persona que se ha quedado sin trabajo, por lo que sí ha cambiado", reconoce el coordinador arciprestal.
Además, de las personas que acuden, muchas no disponen de documentación de residencia, algo en lo que también coincide Sor Ana del comedor social Calor y Café.
"Aunque actualmente los usuarios de comedor están en unos setenta diarios que aumentan de forma puntual, llevamos más de mil familias atendidas por primera vez, no son las cuarenta familias que nosotros teníamos censadas y que mensualmente recibían los alimentos aquí. Éstas son familias que vienen por primera vez", entre las que se encuentran personas que "siempre ha vivido de su trabajo, hay gente preparada" describe Sor Ana.
"Las familias que nosotros teníamos censadas son de edad avanzada, con problemas de salud, que en el mercado laboral tienen poca posibilidad de trabajar, familias que de alguna manera están un poco enquistadas en esta situación" explica Sor Ana y aclara que "ahora son familias jóvenes, con niños pequeños, que trabajaban, que han venido aquí intentando mejorar su vida y que aún no han conseguido ni empadronarse".




