El Valencia pide fichajes a gritos

Valencia

En el mejor de los casos, el Valencia acabará esta jornada, la penúltima del maldito 2020, a tan solo un punto del descenso. No es ninguna sorpresa, ni mucho menos. Es la consecuencia lógica de la nefasta planificación deportiva durante el pasado verano -y otoño, venta de Kondogbia incluida-, dando prioridad únicamente a la parcela económica.

Poco se le puede reprochar a los jugadores analizando con frialdad el partido disputado contra el Sevilla. Como ya ocurriera contra Real Madrid, Getafe, Real Sociedad, Barça o Atlético de Madrid, el grupo compite. Los futbolistas se dejan lo que tienen y quieren. Pero no pueden. Es así de simple. Y de duro. Las segundas unidades hablan por sí solas. Molina, Musah, Álex Blanco o Vallejo contra Rakitic, En Nesyri, Aleix Vidal o Gudelj.

El protagonista negativo de la tarde fue Jaume Doménech, responsable del error que le costó el partido al murciélago, queriendo adornarse en el disparo de Suso, que terminó convirtiéndose en el 0-1. Nada nuevo bajo el sol. El de Almenara tiene el nivel que tiene y ya nos tiene acostumbrados a alternar grandes intervenciones con errores de bulto como el de hoy.

Pero el debate no puede girar en torno a Jaume. Ni siquiera a Gracia, por mucho que resulte llamativo -y sorprendente- eso de que no hay tiempo para preparar un segundo o un tercer sistema de juego. Los jugadores y el técnico pueden tener responsabilidades puntuales, y por ello menores. Los grandes culpables de este desacato, de haber puesto en riesgo de descenso al club son el máximo accionista y el presidente. Y son ellos los que deben acelerar la llegada de, mínimo, dos fichajes en el próximo mercado de enero. Ya veremos si así el Valencia tiene un final de temporada tranquilo. Pero, a corto plazo, Meriton tiene la obligación de solucionar el tremebundo error cometido en verano. Cada semana es más evidente. Y más preocupante.