Óscar alivió el trago

Óscar hizo que los sevillistas respiraran aliviados en el minuto 44. El resultado refleja una mayor tranquilidad de la que ofrecía el partido en la primera parte. El centrocampista, en una falta cometida sobre De Jong en la frontal del área, golpeó sobre la barrera e imposible para Razak. Es su primer gol de falta con la camiseta del Sevilla y, aunque el partido frente a un rival de Segunda B no tenía una gran trascendencia, si presentaba complicaciones que podían ir a más.

El Sevilla hizo una primera parte pésima, preocupante. El equipo de Lopetegui está encontrando grandes dificultades para sacar el balón a través de sus centrocampistas. Ésa labor la tenía que hacer Óliver Torres que, cada vez más, se está alejando de lo que debe ser un jugador competitivo y con efecto sobre el juego de su equipo.

Sin centro del campo, con De Jong sólo en la pelea y sin salida en las bandas, el Linares llegó a ser mejor que el Sevilla, hasta el punto de tener un par de llegadas con cierto peligro. Un espanto. Como en el anterior encuentro, frente al Betis, prácticamente no tiró a portería. Sólo una falta lejana de Óscar, previa a su gol.

Junto a todo ésto, el terreno de juego fue empeorando con rapidez. Jugar cada vez se hacía más difícil y hasta peligroso. Con este panorama, el Sevilla parecía estar entrando en en una emboscada peligrosa para la segunda mitad, pero, el excelente golpeo de Óscar y un segundo gol en propia puerta en el comienzo de la segunda parte, tras una buena acción de Idrissi, terminaron con el encuentro.

De ahí, hasta el final, poco más. Bono tuvo un par de sustos, alternó indecisiones con alguna buena parada, Idrissi volvió a mostrar verticalidad y pudo marcar, lo evitó Razak e, incluso, apareció el Mudo que, como detalle, rechazó el brazalete de capitán que le ofreció Sergi Gómez. A algunos aficionados no les gustó el gesto, aunque, está tan fuera del Sevilla que, probablemente, ése fuera el motivo.

Trámite solventado, partido pésimo y sensaciones que siguen siendo preocupantes. Quizás no sea el mejor partido para evaluar cómo el Sevilla está perdiendo capacidad en la creación y en la llegada, pero no es la primera vez que ocurre. Lo comprobaremos el sábado frente a un rival de su liga, la Real Sociedad, en el Sánchez Pizjuán.