Los vecinos de la Cañada rechazan los albergues porque "queremos luz"
Las asociaciones vecinales lamentan que el alcalde Almeida no se ha reunido con ellos para buscar una solución. Comunidades cristianas entregan una carta en la Nunciatura para que intervenga el Papa
Madrid
"Nunca hemos solicitado salir de nuestras casas sino el restablecimiento del suministro eléctrico". Con esta frase se explica lo que quieren los vecinos de la Cañada Real y la respuesta que le dan al Ayuntamiento de Madrid y al alcalde, José Luis Martínez Almeida, que este jueves ofreció llevar a 600 personas a una antigua fábrica de muebles que hay en la zona y en la que se van a instalar alternadores para dar suministro eléctrico y calefacción.
Asociaciones vecinales de los sectores 5 y 6, que llevan tres meses sin luz, han escrito un comunicado en el que dicen que quieren trasladar "nuestro más absoluto rechazo a ser expulsados de nuestros hogares". Consideran que "trasladar a los niños pequeños supondría emocionalmente y psicológicamente un traslado forzoso" y que no tiene fundamento porque "tenemos hogares".
Denuncian además que el alcalde Almeida no se ha reunido con las asociaciones vecinales, que no han sido consultados y que el trato está siendo "indigno" porque "deciden sobre nosotros como si fuésemos mercancía". Recuerdan que los niños empiezan el colegio el próximo día 11 en centros cercanos a los que ahora van andando y que no están dispuestos "a abandonar a nuestras mascotas, pues forman parte de nuestra familia".
Terminan el comunicado recordando que "los albergues de Madrid y casas deben utilizarse para las personas que viven en la calle, pues son muchas, y las listas de espera para poder dormir son vergonzosas e insuficientes".
Carta al Papa
En la puerta de la Nunciatura (avenida Pío XII, 46) hay una de esas vecinas de la Cañada Real. "Al problema de que no tenemos luz no nos dan ninguna solución y, sin embargo, nos quieren hacinar a 600 personas en una fábrica que es una nave vieja. Nosotros tenemos casas. Estamos en plena pandemia y nos quieren hacinar", explica Cristina Pazos, de la Asociación Vecinal Al Shorok-Amanecer.
Con esta vecina hay varias comunidades cristianas, entre ellas el párroco de la San Carlos Borromeo, Javier Baeza, que han ido hasta la Nunciatura de la Santa Sede para enviarle un escrito al Papa Francisco, que conozca la situación en la Cañada Real, sobre todo la de los alrededor de 1.800 menores de edad, y se pronuncie.
En la puerta, sin dejarles entrar, les recibe un trabajador de la Nunciatura que dice entender la situación de urgencia de lo que está pasando pero que hay que ir "piano, piano" porque la comunicación tiene que ir por correo postal y esperar después si hay respuesta de vuelta del Papa.
Elena Jiménez
Soy periodista desde hace algo más de un par de décadas. Especializada en temas sociales y educativos....