URA vigila las aguas residuales para alertar de infecciones de COVID-19

Bilbao

La Agencia vasca del agua lleva desde julio vigilando las aguas residuales para montar una red que permita detectar con antelación posibles brotes de COVID-19 en Euskadi. Josu Perea, director de gestión de dominio público de URA, ha contado en 'Hora 14 Euskadi' cómo lo están haciendo.

"En las aguas fecales está documentado que los infectados por COVID-19 excretan carga genética del virus, antes de aparecer los síntomas de la enfermedad y hasta unos días después de que esta desaparezca", explica Perea. Este hecho otorga a los gestores de las redes de saneamiento una herramienta de detección de futuros brotes, complementaria a la de las pruebas diagnósticas. "En eso estamos", dice Perea, "la intencion es poder dar a Salud pública una información adicional para ver si en un área determinada se están produciendo contagios, una especia de alerta temprana".

Desde el pasado mes de julio, URA, junto con los Consorcios de aguas de Bilbao Bizkaia, Txingudi, Añarbe, AMVISA y el laboratorio Anbiolab, está tomando muestras puntuales con la máxima carga fecal posible, evitando momentos con aporte de aguas de lluvia, etc. "Con todas las muestras pretendemos conseguir una correlación alta de los datos obtenidos en las analíticas con los contagiados para poder dar esa alerta temprana a Osakidetza", explica.

Aunque los análisis son semanales, Perea no puede ofrecer datos que confirmen o no si estamos ante un empeoramiento de la pandemia, ya que, debido a las lluvias y el deshielo de los últimos días, "ha sido imposible conseguir una muestra no diluída".

En el histórico desde julio, el pico en las analíticas ha coincidido con el incremento de casos que motivaron el confinamiento perimetral de Euskadi a principios de noviembre.

Perea ha adelantado que seguirán con estas analíticas hasta el verano. La web de URA procederá a publicar los resultados obtenidos a partir de este mismo mes o el de febrero.