La ola

León

Parece que no va a quedar más remedio que comprar otro bañador en las rebajas del Corte Inglés . Ya estamos con la tercera ola y prometen venir más que en una playa de Nazaré.

A la vistas de los números, a nadie le deben quedar dudas ya de que hemos salvado la Navidad. Aunque igual ha sido la cuenta de resultados de la Pfizer o la Moderna, la que hemos salvado sin saberlo. Vaya usted a saber.

Son estas fantásticas estupideces, esos trampantojos en cadena en la que se ha convertido la realidad real y la virtual. Como ese Casado paleto y empaletado, que expala la Castellana toda, mientras el felón Sánchez está desaparecido. Qué cosas tiene Instagram.

O como esas clases bajo cero, que hacen imposible no ya el aprendizaje, sino la su- pervivencia misma, aunque empleemos una pedagogía finlandesa. En breve llegarán medidores de CO2 ha dicho el Muñeco. Yo propongo meter jilgueros en las aulas, como en las antiguas minas para detectar el grisú. Son más hermosos , y , cuando entonen el réquiem, ya podemos saber que hay que desalojar el aula.

Y mientras tanto nieva en Madrid, alucina, casi 40 centímetros, para morirse. El mundo al borde del apocalipsis. Y en Villablino se frotan los ojos ante la pantalla para dar crédito ante tanta estulticia. Se clausuran clases en toda la región, menos en León, claro, porque aquí la nieve, como casi todo ya, es una pura alucinación