Las manifestaciones no se prohíben
La actuación de la Delegación del Gobierno puede empeorar, sancionando económicamente a los autores intelectuales de la manifestación

"La línea roja" de Matías Vallés (13/01/21)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma
Lo grave no es que ayer se celebrara en Palma una multitudinaria manifestación ilegal, sino que al prohibir la protesta se dispararan la rabia y la participación en el acto de los sectores afectados.
Prohibido prohibir manifestaciones, en especial si son protagonizadas por colectivos condenados a la ruina y que no tienen otra forma de expresarse.
Gracias al exceso del Consolat y de la Delegación del Gobierno, que son instituciones gemelas, Balears ha contado con la protesta más masiva de la era del coronavirus.
La actuación de la Delegación del Gobierno puede empeorar, sancionando económicamente a los autores intelectuales de la manifestación.
La protesta no hubiera provocado ni un mínimo sobresalto en condiciones normales.
Por eso, cuesta decidir si es más ilegal la manifestación o su prohibición, pero queda claro que la autoridad ha agravado la situación al oponerse a lo que de todas formas acabó ocurriendo.
La pandemia justifica la limitación de libertades, pero no su supresión indiscriminada.
La protesta de ayer recuerda una verdad inocultable de las restricciones:
Quienes las imponen, no han recortado sus ingresos en un solo euro.
Quienes padecen las medidas, también se ven obligados a pagarlas.
Miewntras tanto, la situación sigue empeorando.




