Escucharán a Gabilondo aunque no le oigan

Palma

Iñaki Gabilondo apaga la voz temporalmente, porque seguro que volverá, al darse cuenta de que la arena política se ha puesto impracticable.

Y Gabilondo impacta con tal fuerza, que ha de cuidar especialmente lo que dice.

No lo expresa así, pero seguro que olfatea que la degradación de lo comentado puede acabar contagiándose al comentario, por inteligente que sea.

Y entonces se destapa una tempestad nacional en torno al cambio de formato de Gabilondo.

Su silencio causa más impresión que la suma de los comentarios del día, su adiós pero no, genera más estremecimientos que el burofax de Messi..

El eco no puede sorprendernos, porque en lo único que superamos a Gabilondo quienes nunca le llegaremos a los talones es en entender lo que Gabilondo significa.

Gabilondo es tan importante para sus seguidores más que oyentes, que lógicamente no puede creerse su propia importancia.

Incluso quienes le critican, son conscientes de su aura especial, se dirigen a él desde el piso de abajo.

Quienes necesitan hablar se sienten en realidad inseguros, temen que les retiren un día el micrófono.

Gabilondo ni se lo plantea, sus muchos fieles le escucharán incluso sin oírle.

Y sobre todo le creerán, vaya si le creerán.