Los alcaldes acusan a la Junta de usarlos para justificar las nuevas restricciones

León

Incertidumbre ante las nuevas restricciones de movilidad que la Junta pretende aplicar a partir de este sábado. El vicepresidente de la Junta ha anunciado una reducción de aforos en actos religiosos a un tercio de la capacidad, 4 personas máximo en reuniones, cierre perimetral por provincias y un toque de queda que se adelanta a las ocho de la tarde.  Sin embargo, esta última cuestión no está claro que pueda aplicarse porque el Ministerio de Sanidad asegura que incumple la norma general que regula el Estado de Alarma nacional.

La cuestión es que ese decreto fija el toque de queda en las once de la noche y permite a las comunidades maniobrar con un margen de una hora, es decir adelantarlo a las diez, que es el horario actual que hay en vigor en Castilla y León. Sin embargo la Junta hace una interpretación al límte de esa norma. Retuerce el decreto y se arriesga a fijarlo a las ohco de la tarde en base al argumento de que el texto permite establecerlo durante la noche y la Junta interpreta que la noche comienza a las ocho. El Ministerio ya ha dicho que no se ajusta a la legalidad, pero la Junta amenaza con ordenar su aplicación igualmente a través del Bocyl.

El problema lo tendrán este sábado los ayuntamientos, los negocios y los propios ciudadanos que, debido a la postura de la Junta y su libre interpretación del decreto, no sabrán a qué atenerse. Nadie tiene claro si habrá que estar en casa a las ocho o a las diez, como hasta ahora.

Por si fuera poco esta nueva trifulca administrativa, la Junta ha provocado un malestar mayúsculo entre los ayuntamientos y diputaciones de toda la Comunidad, incluídos los leoneses. El motivo es que, justo antes de anunciar estas medidas, el presidente de la Junta, el vicepresidente y la consejera se reunieron con ellos, en teoría, para consensuar nuevas restricciones. Sin embargo, durante las dos horas que duró el encuentro telemático no les comunicaron las restricciones que pensaban aplicar. Solo les esbozaron algunas ideas y les pidieron su colaboración para rebajar las cifras.

Al salir de la reunión, los alcaldes se encontraron con la sorpresa de las medidas anunciadas por el vicepresidente Francisco Igea, en especial la del toque de queda a las ocho de la tarde. Esta es la que ha generado un mayor enfado entre los regidores, aunque el malestar es mayúsculo.

El alcalde de León, la alcaldesa de San Andrés y el presidente de la Diputación hablan de falta de respeto y de deslealtad. Creen que les han utilizado como escudo ante la opinión pública para intentar transmitir la sensación de que estas nuevas y duras restricciones estaban consensuadas con todos los ayuntamientos. Los alcaldes lo niegan y denuncian que, además, en esa reunión la Junta se negó ha hablar de las ayudas que les han prometido a los sectores afectados por la pandemia, pero que siguen sin llegar después de diez meses.

Con esta situación, la Junta mantiene su enfrentamiento con el Ministerio y ahora también con todos los ayuntamientos a los que le pide colaboración, pero al mismo tiempo les oculta las medidas que piensa aplicar.