La solidaridad del "takeaway"
Me gusta la iniciativa por su espontaneidad y porque huye de la caridad humillante, al generar actividad económica invirtiendo en el escalón más modesto

"La línea roja" de Matías Vallés (19/01/21)
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Palma
En Palma que es mi realidad inmediata, se ha puesto en marcha un movimiento silencioso y no organizado que podemos llamar la solidaridad del ‘takeaway’.
Los ciudadanos se han movilizado para comprar la comida en restaurantes, que solo pueden servir sus platos para llevar o a domicilio.
Los samaritanos del ‘takeaway’ no siempre comían antes en restaurantes, pero ahora se sienten obligados por la situación límite que viven los establecimientos clausurados.
Me gusta la iniciativa por su espontaneidad y porque huye de la caridad humillante, al generar actividad económica invirtiendo en el escalón más modesto.
El gran Keynes ya nos advirtió que, desde el punto de vista individual, es prudente apretarse el cinturón en tiempos de crisis.
El problema es que si todos nos lo apretamos a la vez, la economía empeora.
El que puede, ha de seguir gastando, y debe hacerlo a cambio de algo.
Así que enhorabuena a los samaritanos del ‘takeaway’ porque un ahorrador no es un avaro, sino una persona que gasta cuando toca.
Y ahora no solo toca de queda.




