Filomena da vida a los ríos de la provincia y empieza a llegar a los embalses

Ciudad Real

Ya han pasado más de dos semanas desde que la tormenta Filomena atravesó la provincia de Ciudad Real dejando abundantes nevadas y lluvias. Unas precipitaciones que han hecho que muchos ríos y arroyos vuelvan a correr y esto empieza a notarse en las cifras de las reservas hídricas.

Según el parte semanal que publica la Confederación Hidrográficas del Guadiana los pantanos de la cuenca en la provincia acumulan en estos momentos con casi 94 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone algo más del 23,5 por ciento de la capacidad del total.

Se trata de una ligera subida desde que comenzaron las precipitaciones el pasado 7 de enero de 6 hectómetros cúbicos, en torno a un punto y medio porcentual.

Los embalses que más agua han recibido a lo largo de la semana han sido el de Gasset, casi 2 hectómetros cúbicos, y Torre de Abraham, en torno a 1,5 hectómetros cúbicos. Este último es por cierto el más grande de la provincia y apenas se encuentra al 8,6 por ciento; no lega a los 16 hectómetros cúbicos.

En cuanto al que mejor se encuentra es el de Peñarroya, que con 47 hectómetros cúbicos acumula la mitad del agua almacenada en toda la cuenca oriental del Guadiana y se encuentra al 95 por ciento de su capacidad total.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Si comparamos los datos con las mismas fechas del pasado año hay 16 hectómetros cúbicos menos: el 27 de enero de 2020 los pantanos almacenaban 109 hectómetros cúbicos, un 4 por ciento más.

En cuanto a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, los dos embalses que la cuenca tiene en la provincia se encuentran con unos 70 hectómetros cúbicos: 61 el de Montoro y 9 el de Fresneda. Supone casi el 60 por ciento de la capacidad total de ambos.

Los cauces de los ríos vuelven a correr

En todo caso se espera que las lluvias que nos siguen acompañando mejoren estas cifras a lo largo de las próximas semanas. De hecho, ya el agua empieza a correr en algunos cauces, como es el caso del Bullaque. Elena Tamurejo, alcaldesa de El Robledo, contaba anoche en La Ventana de Castilla La Mancha que si bien al comienzo del año el Bullaque estaba completamente seco, ahora el agua vuelve a correr.

Como ha explicado en la SER Jesús Pozuelos, de la Asociación de Ecoturismo de España, poco a poco, la nieve caída en los montes de Toledo se va derritiendo, lo que ha hecho que los numerosos arroyos del Parque Nacional de Cabañeros vuelvan a aportar agua al río Bullaque.

Unas escorrentías que todavía no han llegado al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, que de momento sólo ha recibido los aportes directos de las precipitaciones.

En estos momentos hay 336 hectáreas inundadas lo que supone algo más del 18,5 por ciento del total de la superficie encharcada. En septiembre de 2020 apenas se registraban 50 hectáreas, en torno a un 3 por ciento. Unos aportes que en su gran mayoría provienen de extracciones realizadas de los pozos de emergencia

Una cifra que se espera que crezca cuando dentro de unos meses dos embalses empiecen a soltar agua; el de Peñarroya, que aporta al Guadiana y se nutre del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, y principalmente, el de Vallehermoso, que alimenta el cauce del río Azuer.

En cuanto al Gigüela, habrá que esperar todavía más tiempo ya que el nacimiento de este río se encuentra en la serranía de Cuenca, donde ha llovido mucho, pero tiene que recorrer unos 250 kilómetros hasta llegar a las Tablas de Daimiel.