Cribado masivo en Palencia, un ejemplo de organización y de responsabilidad colectiva

Palencia

Que más de seis mil personas hayan pasado este miércoles por la primera jornada de cribado masivo en Palencia en la lucha contra el COVID-19 es todo un éxito. Es un éxito de las instituciones y de los profesionales que se están implicando. Pero es también un logro colectivo que pone el foco en la responsabilidad ciudadana. Permite recobrar la esperanza en el ser humano en medio de los indeseables que cada día aparecen en las páginas de sucesos saltándose las normas sanitarias.

Por eso me cabrea cierta fauna que sigue hozando en la porquería en las redes sociales cuestionando lo que ayer se vivió en Palencia. Algunos son muy mala gente. Es el caso de un individuo que hacía una foto desde una ventana de un edificio de la zona de Campos Góticos desde un ángulo que ofrece la impresión de que no se guardaban las distancias de seguridad. Afortunadamente, fueron varios los comentarios desmintiendo lo que quería reflejar es imagen malintencionada.

Frente a estos, frente a los negacionistas y frente a los insolidarios, la foto de este miércoles era la de más de 6.000 palentinos concienciados. También la de los 16 equipos de dos enfermeras cada uno para la realización de pruebas, al igual que los 16 administrativos y 15 informáticos, además de otros integrantes del operativo que extendieron su jornada laboral más allá de lo anunciado. Ahora bien, este éxito tiene otra lectura de tinte más crítico.

Este cribado tendría que haberse hecho antes. Una vez más vamos por detrás de la pandemia. Se ha demostrado que cuando se pedía el cribado masivo en la ciudad y se decía que no era factible por volumen poblacional, se estaba utilizando un argumento erróneo. Ahora tendríamos que estar haciendo cola para vacunarnos. Cierto es que del lento ritmo de vacunaciones no tienen culpa quienes nos gobiernan, es una cuestión de suministro.

Y ya que entro en el tema de las vacunas, otra cuestión para la reflexión. Se anuncia ahora que muy posiblemente la vacuna española esté disponible en torno a la primavera. Se dice que será cien por cien eficaz y con más garantías de seguridad que las que se suministran en la actualidad que, por otra parte, no están generando problemas de salud. Lo pongo en solfa porque es la constatación de lo regazados que vamos, de lo mal que hemos tratado a nuestros científicos. De la precariedad en España de un sector, el de la ciencia, el que ahora nos aferramos como a un clavo ardiendo. Indecente.

Quedan cuatro días de cribado. Visto el primero, sólo se puede dar las gracias a Palencia y especialmente a las más de 200 personas que, de una forma o de otra, se han implicado. En especial al personal sanitario que vuelve a echar el resto. No hay que olvidar que al margen de esta medida extraordinaria, siguen las vacunaciones y el ingente trabajo diario. Todo en medio de una evidente falta de recursos. Para acabar, de nada sirve todo este trabajo si no aplicamos la responsabilidad individual.