De vacunas y exigencias

Asturias

El Gobierno del Principado continúa cometiendo errores de bulto en lo que a la estrategia a seguir contra el coronavirus se refiere, pifias difíciles de entender en un ejecutivo y en un presidente, Adrián Barbón, volcados casi en exclusiva en este asunto. Esta semana el lío, la agria polémica, se suscita en torno a algo tan sensible para la opinión pública en estos momentos de pandemia y de duras restricciones como son las vacunas.

Que sanitarios en primera línea en la lucha contra la Covid 19 estén aún sin vacunar mientras que gestores de la sanidad, administrativos, liberados sindicales, subcontratados o secretarias ya lo estén no es de recibo. Y es lógico que los profesionales más cercanos a la enfermedad, a las personas contagiadas hayan explotado y mostrado su malestar por esta situación. "Es vergonzoso". Así de rotundos se muestran los sanitarios de primera línea a la hora de resumir lo que está pasando.

Que algo no funciona como debería es evidente. Hay irregularidades aquí y en la mayoría de las comunidades autónomas con respecto a las vacunas. Y eso es algo muy serio. Tirar balones fuera no es lo adecuado. Y mucho menos justificar lo injustificable. La política de comunicación de la Consejería de Salud del Principado debería mejorarse. Alegar que en la región se ha vacunado a directivos "porque no están en los despachos" no parece que sea los más apropiado y convincente. Actuar como si todo fuese normal no es la solución.

Asturias necesita hoy más que nunca políticos veraces, sinceros e imaginativos. No escurridizos ni pícaros. Y, además, que sean capaces de "alzar la voz para defender lo nuestro frente a quien sea y sin callar ante nadie". Esto último lo dijo ayer el presidente Adrián Barbón. Quizás es que sí, que a partir de ahora el Gobierno del Principado va a hacer frente de verdad al trato que el ejecutivo de Pedro Sánchez está dando a las grandes empresas asturianas.