Dos mujeres entre los opositores a plazas de bomberos de Ponferrada

Ponferrada

No es la primera vez que una mujer intenta ponerse "el casco" del SPEIS del ayuntamiento de Ponferrada, pero el ejercicio de la cuerda las hace resbalar en la tabla de la clasificación. Un segundo y medio más de tiempo no parece suficiente hasta ahora para hacer historia.

Las pruebas físicas son muy duras, nadie lo niega, pero también hay muchos y sobretodo muchas que se preguntan si son las que tienen que ser. Hay cátedras de Derecho del Trabajo que hablan de eliminar las diferencias y establecer mínimos razonables y comunes a ambos sexos, porque si la entrada es dura más duro es ver que nadie se encarga después de verificar el estado físico de un bombero.

Ampliar

El nivel de excelencia deportiva que se exige a una mujer para superar este tipo de pruebas es muy superior a un segundo y medio de tiempo que se le da de ventaja, algo similar a lo que ocurriría si a un hombre se le pide trabajar su flexibilidad

Laura, de 39 años viene de Vigo y se presenta por primera vez a una plaza de bombero. Sus condiciones físicas son buenas pero lamenta "que en profesiones así se ponga por debajo de la fuerza de carga la fuerza mental, una condición indispensable para afrontar cualquier intervención complicada".

Así las cosas, lo que sí está preparado para ser flexible es el parque de bomberos de Ponferrada, las instalaciones, dice el jefe del Parque, Olivier Bao, son lo suficientemente amplias como para levantar el tabique que separaría vestuarios y zona de habitaciones en menos de quince días, si en esta ocasión alguna mujer se gana el puesto de trabajo.