Estatuas de reyes

Con la mala vida y las heridas que nos está dando la pandemia, hace falta estar muy perdido para pretender gastar 250.000 euros del erario público en una revista de papel, cuyo contenido es pura propaganda personal y a mayor gloria del primer edil de la ciudad, José Antonio Díez Díaz.

No es fácil abrirle paso a la agenda política del señor alcalde en medio de toda la marabunta de noticias que nos genera diariamente la Covid 19. La infeliz ocurrencia de su numeroso equipo de asesores de imagen ha tenido un recorrido breve, cosa que agradecen la salud mental de los conciudadanos y el presupuesto municipal.

Me temo que ese ahorro tendrá otros destinos con escaso retorno económico para el desarrollo de la ciudad. En la propia revista nos avisan que más pronto que tarde la calle de

Ordoño II se llenará de mobiliario urbano a base de estatuas de las dos docenas de reyes y reinas leoneses que aún faltan por colocar entre nosotros.

Mientras perdemos población año tras año y mengua nuestra tasa de actividad hasta situarnos a la cola del Estado, la gran aventura de este enloquecido gobierno municipal consiste en lavarnos el cerebro y sembrar las aceras con una retahíla de monarcas muertos hace más de 8 siglos, y cuyas virtudes, en muchos casos, a salvo de hagiógrafos, no merecen homenaje alguno.

Olvidar la historia es tan malo como hacer descansar en ella nuestras suertes. Como vemos a diario, de las ubres de los nacionalismos viven políticos y allegados que con una mano aplauden y con la otra recogen las dádivas. “Si pierdo la memoria, qué pureza”, escribió el gran poeta catalán Pere Gimferrer. Un regalo envenenado para estos locos.