Lobos y presos

La opinión de Ángel Santiago Ramos (5/2/2021)
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León
Al norte del río Duero las manadas de lobos mantienen desde hace años un crecimiento exponencial que alcanza zonas geográficas del oeste leonés. Gana el patrimonio de la biodiversidad y pierden los pueblos y la ganadería extensiva que sobreviven en algunas comarcas del León vacío. Un conflicto de intereses de difícil solución.
Al otro lado del espejo de los lobos, en esta provincia aumenta también una cuerda de imputados y presos de cuello blanco que salpican tramas de corrupción que inundan los tribunales de media España: la Gürtel, Púnica, Enredadera o el Campus de la Justicia de la Comunidad de Madrid. Citaré cuatro ejemplares destacados.
Rosalía Iglesias, esposa del extesorero del PP, Luis Bárcenas, astorgana de origen, cumple pena de cárcel en Alcalá. La sentencia le atribuyó un papel activo en el delito de ocultación millonaria de dinero obtenido ilegalmente.
José Luis Martínez Parra, empresario berciano, que heredó bienes y pleitos tras el fallecimiento de su progenitor ya conoce la cárcel, pero la Audiencia Nacional le acaba de condenar -pieza de la Gürtel- a 7 años y 11 meses por delitos de prevaricación, malversación, fraude, cohecho y blanqueo de capitales. Le aguarda un juicio por presunta implicación en la Púnica.
José Luis Ulibarri, también berciano y empresario. Probó durante dos meses a qué sabe la cárcel de Soto del Real. Reúne un póquer de ases judicial relacionado con las tramas Púnica, Enredadera y Gürtel. Se le imputan un rosario de hechos delictivos, entre otros, delitos continuados de blanqueo de capitales y contra la hacienda pública.
A Alfredo Prada Presa la fiscalía le pide 8 años de cárcel por delitos de malversación de caudales públicos y fraude a la administración pública. Ha sido senador y diputado del PP por León. Como consejero de Justicia con Esperanza Aguirre fue el máximo responsable del proyecto millonario y fallido del Campus de la Justicia. De ahí le vienen los problemas judiciales que podrían llevarle a prisión.
Me parecen demasiados lobos, de una y otra especie, para no terminar locos y pobres.




