La conexión serbia relanza al Sporting
El primer triplete de un Djurdjevic colosal y un gran gol de Cumic permiten al equipo gijonés golear en Logroño y dar por zanjado el bache
Hace un año, por estas fechas, el Sporting se aferraba a Diego Mariño para evitar el riesgo de caer a descenso. El equipo no funcionaba, la clasificación era peligrosa y el portero brillaba en mitad de la oscuridad. No suponía una buena noticia, pero era lo que había. Un año después, quien brilla con luz propia es el delantero centro. Y eso es revelador y positivo. Cuando luce el que mete los goles, es porque se meten goles y se aspira a todo. En auténtico estado de gracia, con unas cifras que asombran y convertido en pichichi de la categoría, Djurdjevic sigue liderando a un equipo que, con partidos como el de Logroño, disipa cualquier duda sobre su competitividad. De los baches se sale así: con puñetazos encima de la mesa. Esta vez lo dieron los serbios, que estuvieron soberbios (aunque uno más que el otro).
La espera ha merecido la pena. Tras dos años de aportación discreta y debate permanente en torno a su figura, solo queda rendirse a la figura de Uros Djurdjevic. Hasta habría que agradecerle a MIguel Torecilla su buen ojo para acertar al menos con uno de sus cuarenta fichajes. Con el serbio, dio en el clavo. Su hat trick en Logroño confirma la impresionante temporada del que se ha convertido en auténtica (y casi única) referencia ofensiva del equipo. Si mantiene el ritmo, poco importa que a sus compañeros les cueste horrores capaz probar a los porteros rivales. Y, por supuesto, se le perdona que no aproveche ocasiones claras como un mano a mano con el portero en el que no supo picarla.
Su gol número trece llegó cuando acababa de cumplirse el minuto 13 de partido. Gaspar, novedad en el once de Las Gaunas e intensísimo durante todo el encuentro, le sirvió a Djuka un gran balón que el serbio ajustó a la cepa del palo pese a tener a dos defensas prácticamente encima. Pudo sentenciar el propio Djurdjevic tres minutos después, en un mano a mano con Dani Giménez en el que no fue capaz de picar el balón por encima del portero. Con su tarde pletórica, se le perdona.
El Sporting, que salió arrebatador, bajó un poco el nivel a partir del minuto 25 de la segunda parte. Pudo empatar el Logroñés, pero Leo Ruiz (que no es Djurdjevic) no tuvo fortuna: una de sus dos ocasiones la evitó el palo.
Era la tarde de Djuka, que se resarció de su fallo anterior justo antes del descanso. Funcionó la conexión serbia: Cumic, que había estado muy gris hasta el momento, sirvió un balón perfecto a su compatriota, que recibió en campo propio, condujo hasta plantarse en el área contraria y batió sin problemas al portero del Logroñés. El partido estaba encarrilado, aunque lo mejor, para el equipo y para los dos serbios, estaba por llegar.
En el caso de Djuka, por el tercer gol; un tanto de muy bella factura al aprovechar un balón muerto en el área para tirar un autopase entre las piernas de dos defensas rivales y quitarle las telarañas a la portería local. Un tercer tanto fantástico. Y no le fue a la zaga Cumic, que apuntaló la goleada con un golazo con la izquierda tras un doble recorte a Unai Medina que aún sigue buscando la pelota.
El partido en el que el Sporting rompió su mala racha y mejoró su estadística a domicilio sirvió también para que debutara Campuzano, el último fichaje rojiblanco. Él mismo ha admitido que no se considera delantero centro nato, y menos mal, porque si fuera así temblaría viendo el nivel de Djuka. No estaría mal, en todo caso, que desde otra posición también aportara goles por si algún día se acaba la racha del serbio. De momento, no tiene pinta. Y gracias a eso, el Sporting sigue aspirando a todo.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...