Dependientes y cuidadoras, sin vacuna
¿De qué se están ocupando las Comunidades Autónomas?
La firma de María José Aguilar Idáñez, Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales

Cadena SER

Albacete
Más de 300 mil personas grandes dependientes, que no viven en residencias, sino en sus domicilios, están a la espera de una vacuna que no les ha llegado.
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Las 134 mil cuidadoras no profesionales que les atienden, y que deberían ser también vacunadas, tampoco han recibido la vacuna.
Además, otras 32 mil personas dependientes, que están pendientes de valoración desde hace demasiado tiempo, en una lista de espera generada por la propia administración pública, no serán tampoco vacunados.
A estas personas se las deja al albur de que un médico o médica acredite enfermedades que requieran apoyos para la vida diaria. Como si el personal de medicina estuviese especializado en valoración de la dependencia. Cosa que, por cierto, no tiene que ver con un diagnóstico médico. Además de darles una nueva actividad que sobrecargue aún más su trabajo y sature, más si cabe, los servicios sanitarios en plena pandemia.
También quedan fuera de la vacunación el más de medio millón de personas dependientes severas.
Deberíamos recordar que la primera y más básica obligación de un Estado, es proteger la vida de los individuos que tiene bajo su jurisdicción.
Si nuestras Comunidades Autónomas, que son la parte del Estado responsable y competente en materia de sanidad y vacunación, no son capaces de cumplir con esa responsabilidad tan elemental. Si no son capaces de proteger a las personas más frágiles y vulnerables, en contra de los que se viene declarando y anunciando. ¿De qué carajo se están ocupando?




