El profesorado de los niños de la Cañada Real reclama que vuelva la luz para que tengan derecho a la educación

Madrid

El profesorado que da clases a los niños y niñas de la Cañada Real también está muy preocupado por la situación de los menores de edad que llevan cuatro meses sin suministro eléctrico. Por ese motivo, los profesores y profesoras de una veintena de centros públicos de Rivas Vaciamadrid, Villa de Vallecas y Vicálvaro han presentado alrededor de 400 firmas ante la Consejería de Educación para que medie en este problema.

"No es que sean miles de firmas, no es la cantidad sino la calidad, porque es de los profesores que están viviendo esta situación y están preocupados por sus alumnos", explica Juan Carlos Sánchez, profesor del Instituto Joaquín Rodrigo, en Vicálvaro, que hay ido junto a otras dos profesoras a entregar las firmas en representación del resto de compañeros.

Estos profesores no entienden que en pleno siglo XXI se dificulte la educación a los 1.800 menores que viven en los sectores 5 y 6 vulnerando la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.

"Están sufriendo una situación muy grave. Desde no poder conectarse a los ordenadores para poder seguir las clases, hasta tener que encender una vela en ciertos momentos cuando quieren continuar con su trabajo", añade otra de las profesoras, Puri López, que lamenta que para estos niños se está "minando" el acceso a la educación y la "autoestima" de estos jóvenes y que "muchos no pueden realizar sus tareas, algo que afecta a sus notas, y no pueden avanzar. La educación es la herramienta para salir de la marginalidad y esta puerta ahora está cerrada".

Otra profesora, Eva Bajo, habla del riesgo de que estos menores falten a las clases porque su situación se agrava con la falta de luz. "Son chavales que no viven cerca de sus centros educativos con lo cual son chicos que tienen problemas de absentismo y esto no hace más que acrecentarlos". 

Junto a las firmas, los profesores han añadido un manifiesto en el que subrayan que "no entendemos cómo esta situación se ha convertido en una pelota que va y viene entre una administración y otra sin darle respuesta ni solución".

Estos profesores cuentan que hay alumnos que han empeorado sus notas, que tienen miedo a estudiar con una vela por si se produce un incendio y que están también los que se avergüenzan por no poder ir aseados cada día porque tienen que lavarse con agua fría.