Los aficionados del Mallorca se lo pierden
¿Qué ocurre si resulta que los mallorquinistas juegan mejor sin la presencia animosa pero también escrutadora de sus socios?
"La línea roja" de Matías Vallés (09/02/21)
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Palma
Con todos mis respetos, aguanto las retransmisiones futbolísticas sin público por televisión un máximo de diez minutos, tiempo suficiente para comprobar que el Real Mallorca juega infinitamente mejor que el año pasado.
Sin embargo, los aficionados del Mallorca se quedan sin aplaudir los triunfos de su equipo en Son Moix, tras haber sufrido en vivo media temporada del descenso.
Y ni siquiera tienen el consuelo de celebrar las victorias en casa, porque una ovación confinada en el salón da mal ejemplo y puede costarte quince mil euros de multa de la Delegación del Gobierno.
El Mallorca va de Primera, pero solo podemos decirlo de oídas, gracias a la radio.
El confinamiento llegó en marzo, cuando el descenso se percibía inexorable pero todavía faltaba la traición de Vicente Moreno.
En el Mallorca campeón a puerta cerrada, queda por explorar la hipótesis más dolorosa.
¿Qué ocurre si resulta que los mallorquinistas juegan mejor sin la presencia animosa pero también escrutadora de sus socios?
Porque es extraño que el Mallorca sea el club que mejor ha encajado las Ligas del confinamiento.
Sin embargo, el resultado es tan espectacular que no admite matices.
Si es necesario para ascender, los espectadores deben seguir sacrificando la asistencia a Son Moix cuando desaparezca el virus.
