Las singularidades que deja la fachada del Palacio de los Avellaneda

Aranda de Duero

En tiempos en los que el turismo está castigado, es momento de hacerlo, pero de aquello que nos rodea y quizás desconocemos. Muchas veces nos perdemos detalles del patrimonio que tenemos a nuestro alrededor, que no es poco. Porque como dice nuestro experto, Gabriel García "no es lo mismo ver, que saber lo que se ve". Y con él, iniciamos un nuevo espacio para conocer de cerca aquellas píldoras que hacen aún más grandes nuestros monumentos. Hoy, nos hemos acercado a Peñaranda de Duero, uno de los mejores ejemplos.

Pero antes de nada, ¿cuál es el peso histórico de Peñaranda?. "La familia que vivió en Peñaranda, los Zúñiga y Avellaneda, eran descendientes de los Duques de Béjar. El duque tiene problemas porque tiene dos niños, y rompe el ducado y crea el condado de Miranda. Aquí se viene Juan José, encuentra una niña buenísima con 35 pueblos y 19 aldeas, y se casa y establece aquí la capital del condado de Miranda del Castañar. Este será el lugar físico y espiritual de esta familia, que llegó a ser con Juan de Zúñiga uno de los hombres más ricos de España en los siglos XVI y XVII", explica.

Hoy, hablando del Palacio de los Avellaneda nos hemos fijado en varias píldoras de la fachada, uno de sus lugares más simbólicos. "En el eje central de la fachada se ven los tres apellidos, el de Zúñiga y Avellaneda -al que se rinde un homenaje-. Luego está el apellido Cárdenas por el matrimonio. Todo esto está cubierto con unos detalles decorativos como un arco de medio punto y lo guardan dos pajes romanos; esto es volver a adquirir otra vez cultura. Volver a pensar. Y abajo se establece quién hizo el Palacio, Francisco Zúñiga y Avellaneda, que es el padre de estos chicos; un bestia de la guerra, un gran jefe. Por eso toma Granada seguramente con la Reina Isabel. Y estos chicos eran la antítesis, los que traen el Renacimiento", especifica García.

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¿Por qué está Hércules en la fachada?

Pero la fachada del Palacio aguarda muchas más sorpresas que aún desconocíamos. "Arriba en la fachada hay una fuente de la juventud donde juegan los niños. Esos niños que están dando vida se transforman en angelitos y ves que van de alguna forma guiando la decoración. Y estos ángeles, esta fe, sujetan los troncos, la religión, el poder, el querer llevar adelante uno de los mil caminos... Y luego arriba se ve la figura de Hércules... ¿Por qué? Porque hizo doce trabajos de guerra. Lucha contra un león, captura la cierva... Siempre se representa en la Edad Media a un tipo que está repartiendo leña, por eso se le relaciona mucho con la fortaleza de la nobleza. Y en este caso, está en la fachada como protector de las casas. Aquí destaca y además pone 'Hércules', como protector de las casas pero como diciendo 'Cuidado, tienen aquí unos señores que mandan", cuenta Gabriel.

Además de esta peculiaridad, cabe destacar los dos tipos de piedra de la fachada, y en el lateral en un espacio pequeñito, la escritura en latín del Salmo 164, que de alguna forma nos indica un 'No construye el constructor si no lo ha hecho el señor antes'.

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Por último, como colofón, García también ha especificado que este Palacio de los Avellaneda tiene un vínculo con la Catedral de Burgos. "Aquí hay tres edificios que son hermanos de piedra de la catedral de Burgos, de Vitoria y de León. Salen de las canteras de la catedral de Burgos, que de hecho se pueden visitar. Y esta piedra es caliza, tiene bastantes espacios marinos y es un poco amarillenta aunque nació blanca. Y enmarcando la fachada hay una piedra preciosa que es de espejón, que es una de las piedras más caras que se llevó a Roma", sentencia.

La charla al completo puede reproducirse en el siguiente audio.