Paco López cumplió su promesa

Valencia

Soñando con lo imposible es el lema que acompaña al Levante en estas semifinales de la Copa del Rey, en una confrontación desigual por el peso de la historia que rodea a uno de los clubes con mayor arraigo de la competición y con la mística de San Mamés.

Paco López reprodujo en ‘La Catedral’ cada una de las ideas que lanzó en la previa del encuentro ante el Athletic. Marcelino García Toral perdió el primer asalto de un combate que vivirá su desenlace en Orriols y en el que el valor doble del gol marcado en campo contrario podría ser determinante para que la escuadra granota se plante en La Cartuja.

Desde la más absoluta normalidad el entrenador de Silla transmitió a su grupo que los partidos especiales y con una dosis de épica se preparan y se trabajan de la misma forma que el que abrió la primera ronda contra el Racing Murcia. El Levante saltó al césped con esa calma y con esa determinación del buen estudiante que llega completamente preparado al examen final.

Paco López neutralizó al Athletic cortándole las alas, cerrando sus líneas de pase por el carril central con Bardhi en el enganche y obligando a que sus centrales tuvieran que iniciar el juego con la amenaza de Roger en la presión.

La consecuencia táctica concluía con envíos en largo que Duarte y Postigo anticipaban ante un desquiciado Raúl García, mientras Melero y Radoja se imponían a Vencedor y a Dani García en las segundas jugadas. Bloqueados.

Y en la faceta ofensiva con Morales y un enorme De Frutos abiertos en banda los laterales del Athletic, Ander Capa y Yuri Berchiche no se atrevían a pasar de la línea divisoria porque un error sería castigado por el ‘Comandante’ o por el ‘Pistolero’. Cortocircuito y gol de Melero.

El entrenador granota prometió que veríamos a un Levante que trataría de jugar bien a este deporte, algo que decenas de entrenadores no consiguen a lo largo de sus carreras, que el equipo mostraría su personalidad y ese ADN que le acompaña desde que tomó las riendas del vestuario y que los levantinistas se sentirían orgullosos de sus jugadores. Promesa cumplida y el sueño continúa.