El Teatro Real: entre la ruina y los grandes estrenos de Verdi durante sus 170 años de historia
Siempre ha estado ahí, delante de todos, como algo natural del paisaje madrileño, pero el Teatro Real, el Real por antonomasia, ha peligrado durante décadas. Des sus 170 años de vida, más de 40 ha estado en abandono y ruina, llegándose incluso a plantear la posibilidad de derribarlo y levantar uno nuevo
El Teatro Real: entre la ruina y grandes los estrenos de Verdi durante sus 170 años de historia
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Madrid
Quisimos equipararnos a la tradición operística del siglo XIX en Europa y quizá se nos fue la mano. La idea de hacer un teatro real para la ópera surge con Fernando VII pero no es hasta el año 1850 cuando su hija Isabel II consigue por fin inaugurarlo. No sin antes haber sufrido infinidad de obstáculos. Para construir el tetro Real, cuyas obras comenzaron en 1818, se tardaron más años que los egipcios en levantar la Gran Pirámide de Keops.
La ruina desde el primer día
Pero ahí no iban a parar los problemas del Real. Desde la primera temporada de gestión pública el teatro fue una ruina. La Casa Real no ponía mucho dinero para su gestión y los resultados fueron nefastos por lo que se decidió que pasara a manos privadas. Por aquí llegaron numerosos inversores, algunos desde el extranjero como importante italianos que tenían experiencia en los grandes teatros operísticos de aquel país, pero nada. Cada año se iban pasando la patata caliente de unos a otros.
Sí es cierto que hubo una época de esplendor en algunos momentos de su historia. Por ejemplo, no es cuestión baladí que por sus butacas pasaran grandes autores como Verdi o Rosellini quienes estrenaban en España sus obras en tan importante teatro. Lo mismo sucedió con todas las mejores voces del panorama internacional que desfilaron por el escenario del Real a finales del siglo XIX. No obstante, la gallina de los huevos de oro acabó perdiendo sus plumas en el año 1925 cuando se bajó el telón por última vez.
Se planteó incluso la posibilidad de derribarlo debido al mal estado en el que estaba y levantar otro teatro de la ópera en una ubicación de Madrid diferente. Y así se estuvo hasta los años 1960 cuando se decidió restaurarlo y reabrirlo. Y ahora sí, funcionó, con sus altibajos como todos los lugares de espectáculos, pero con una gran éxito de público que continúa hasta hoy.