Solo un 10% de las mujeres que sufren acoso callejero denuncian en Madrid

El Ayuntamiento quiere poner en marcha un Plan de Acción para que las mujeres y niñas de Madrid estén más seguras en los espacios públicos. Un proyecto que comenzó en 2018, y con el que el gobierno de Madrid señalará los puntos donde la ciudad es más peligrosa para ellas.

Aún no se sabe si este mapa se hará público, o se usará solo como herramienta interna. Lo que sí saben es que recogerá, según la Vicealcaldesa Begoña Vilacís: "áreas con poca luz o túneles que son -junto con las paradas de metro y autobús- algunos de los puntos más recurrentes" del acoso callejero.

Para crear este Plan de Acción, el Ayuntamiento se apoya en organizaciones como la ONG Plan Internacional. En su informe ‘Safer Cities for girls’ aseguran que el 84% de las niñas y mujeres han sufrido esta violencia en las calles de Madrid. “Solo un 10% de las chicas que sufren acoso lo denuncian”, explica su portavoz Julia López. “Es tan habitual que muchas lo viven como ‘el precio a pagar’ por salir a la calle”. La explicación: el miedo a ser juzgadas, a sentir que “exageran” lo que ha vivido, porque el acoso callejero está realmente extendido y normalizado.

La culpa llega incluso a interferir en sus hábitos y rutinas. “Hasta un 40% de las mujeres no vuelven a los lugares donde lo han sufrido”, asegura la portavoz de Plan Internacional. Lo que llega a provocar el abandono de los puestos de trabajo o clase.

Los tipos de acoso más frecuentes suelen ser silbidos, miradas indeseadas o comentarios. En el peor de los casos, los tocamientos y la violación.

Una de nuestras oyentes, Ana María, narra como hace dos años su pareja fue violada por cuatro chicos volviendo del centro a casa. La siguieron en el metro hasta su portal y allí se produjo el ataque.

Una experiencia que aún intentan superar a diario, pero contándola esperan animar a que otras víctimas también lo cuenten. “No nos callemos nunca”, reclama Ana María, “que no nos dé vergüenza denunciar a esta gente. Es una injusticia que las mujeres tengamos que vivir esto cada día”, denuncia.

Pero no solo ellas, los testigos también tienen un papel fundamental en el fin del acoso: el deber de no mirar hacia otro lado. “Que no nos dé miedo a intervenir”, anima la portavoz de Plan Internacional, para que nunca más haya puntos negros que limiten los pasos y la libertad de las mujeres y las niñas.