Universidad

Córdoba

La doctora Laura López de la Cruz nos cuenta, en un artículo de investigación, que la primera mujer en acceder a los estudios universitarios en España fue María Elena Maseras Ribera, en 1872. Entre el año 1882 y 1910 hubo 36 mujeres universitarias en el sistema español, quienes representaban el 0,17 % del total de estudiantes. De hecho, no fue hasta ese 1910 cuando se permitió a la mujer española ingresar en la universidad pública. Así, en 1935, serían 2000 chicas en total.

La universidad (a pesar de sus defectos) siempre ha sido uno de los grandes lugares en el que ocurren cosas, en el que se forman los individuos, y ha sido el núcleo de nuestro desarrollo como sociedad del conocimiento. No sólo por la transmisión de contenidos, sino por el enriquecimiento que se establece durante ese intercambio y por la convivencia docente y estudiantil. Es cierto que, en esta historia, no siempre nosotras hemos estado ahí.

Por ello, se pueden imaginar la emoción que he sentido esta semana cuando he vuelto a mi universidad, a mis clases, de modo presencial y he vuelto a poder verles. La educación es integral, y es ejemplar; hay materias en las que las pantallas, simplemente, nos limitan y pierden su poder de ubicuidad, de emoción, de vínculo. Nos separan de ellos. Por esto hoy sólo quiero trasladar un mensaje de agradecimiento y ánimo a todo el profesorado que se ha implicado de mil formas con su alumnado durante la pandemia.

Todos aquellos que no han olvidado durante este año el privilegio de dedicarse a la gente más joven.