Alejandro Menéndez admite que "el Sporting nunca me ha llamado"

Gijón

El mayor éxito deportivo de la historia de la Escuela de Fútbol de Mareo llevó su firma. Alejandro Menéndez tiene el honor y el orgullo de haber logrado, por primera y única vez, que el Sporting fuera campeón de España juvenil (además de otros dos subcampeonatos). Y sin embargo, a pesar del vaivén constante de entrenadores de los últimos años en el primer equipo rojiblanco, su nombre nunca fue una opción. "Nunca me han llamado", afirma el ahora técnico del Albacete Balompié, que el sábado se verá las caras con su equipo de toda la vida. El gijonés admite que su perfil, poco mediático y más centrado en el trabajo en el césped, "no me ayuda". No pierde la esperanza de entrenar algún día al Sporting, aunque el sábado intentará ganarle para sacar al Albacete del pozo. Sabe que no será fácil, porque ve al equipo gijonés en un gran momento y, a su juicio, "preparado para afrontar un playoff con garantías".

Hasta recibir la llamada del Albacete, Alejandro Menéndez seguía el fútbol desde Gijón. Y, obviamente, escrutaba muy de cerca la temporada del Sporting. Se reconoce "sorprendido" por el rendimiento de unos canteranos con los que sigue pidiendo "paciencia". Como buen conocedor de Mareo, no le sorprende que "una vez más, como siempre ha ocurrido en la historia, los canteranos son el gran patrimonio del club". Explica que el equipo rojiblanco "presentaba muchas incógnitas, pero ha ido superando dificultades y manteniendo constancia en la clasificación. Está en puestos de playoff por méritos propios, aunque nadie lo pensara en verano". Sobre la exigencia en torno al equipo, asume que "todos entendemos que Segunda no es la categoría donde una entidad como el Sporting debe estar, pero tiene menos presión que otros equipos con más presupuesto".

Está involucrado totalmente en el proyecto del Albacete, pero no oculta la ilusión que le haría entrenar algún día al Sporting. "Nunca me han llamado", admite Menéndez, que ha tenido que desarrollar su carrera primero en otros clubes españoles (Celta, Real Madrid, Burgos...) y en los últimos años aún más lejos: primero en Tailandia y luego en la India. "Hay mucha afinidad de clubes con agentes y a veces no se valora el trabajo de un entrenador: cómo dirige un banquillo, cómo desarrolla a los jugadores, cómo hace ganar dinero al club... Se manejan otros parámetros y eso perjudica a mi perfil como entrenador".

Tiene contrato con el Albacete hasta el 30 de junio, sin cláusula de renovación en caso de lograr la salvación. "Tampoco me interesa. Uno debe estar donde le quieren. Si las cosas salen bien, nos sentaremos a final de temporada y entiendo que me lo ofrecerán", explica. Sabe que la misión no será fácil, aunque ya le ha dado un aire nuevo a un equipo al que cogió último y al que hizo reaccionar con una racha de 13 puntos de 15. Las dos últimas jornadas el Alba perdió con dos de los favoritos (Mallorca y Leganés), así que el sábado no podrá hacer concesiones ante Sporting, el equipo que Alejandro sigue soñando con entrenar algún día.