A Antonio Machado
La Firma de Javier Blanco
"A Antonio Machado", la Firma de Javier Blanco
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Palencia
Nuestros líderes políticos aprovechan cualquier pretexto para citar a nuestros clásicos universales, da igual que sean de izquierdas o de derechas; da igual que sea en un mitin o en una tertulia, venga a cuento o no. Justamente hoy se cumplen ochenta y dos años de la muerte en la localidad francesa de Colliure de Antonio Machado.
Ahora, que aún no se ha disipado el debate absurdo sobre quién es exiliado y quién prófugo, Machado se convierte más que nunca en el símbolo del medio millón de exiliados españoles que tuvieron que dejar España. Machado supo cantar como nadie al destierro, a la temporalidad humana, al paisaje castellano... quizá a amores imposibles y secretos, como a su musa Guiomar -seudónimo de Pilar de Valderrama-, casada con el palentino Rafael Martínez Romarate. Su recto camino en busca de la libertad nos le llevó lejos, a Colliure, pero su voz sigue sonando, como su Guadalquivir, cerca del mar.
Antonio Machado escribió siempre con sencillez y sin jactancia, persiguiendo un lenguaje cristalino y limpio. Sin embargo, supo crear un lenguaje muy elaborado. Ahora bien, ¿está vigente hoy su poesía, su lenguaje, o se ha convertido en un lugar común? Cuando las cosas se usan demasiado entre los exquisitos, terminan en el desván; se relegan a un terreno popular porque es más asequible.
Escribir hoy como lo hacía Machado resultaría para algunos una simpleza, algo pueril... algo demodé. ¡Bendita demodé! Antonio Machado fue transformando sus iniciales tendencias estéticas modernistas, en transparencias y esenciales inclinaciones éticas. Y así, su palabra, más que a la caza de la belleza, acabó yendo en busca de la verdad.
Por eso son interesantes y esclarecedoras las lecturas que se han hecho sobre Machado, porque nos hacen pensar sobre la sociedad de nuestros días y la de entonces. Recordar a ese "Españolito" en el que el poeta reflejó la lucha fratricida que se estaba librando en España y que algunos nostálgicos parecen querer germinar de nuevo.
Quiero terminar con un fragmento de una canción de mi admirado Joan Manuel Serrat, el cantante catalán por el que los españoles conocimos más al poeta andaluz que cantó a Castilla (paradojas de esta España nuestra).
"Y viejo. Y cansado, a orillas del mar, en Colliure, se bebió sorbo a sorbo su pasado. Profeta, ni mártir, quiso Antonio ser. Y un poco de todo fue sin querer."