¿Quién dijo que de la pandemia íbamos a salir mejores?

Palencia

En pleno fragor de la pandemia de COVID-19, cuando todos estábamos confinados en nuestras casas, albergábamos una esperanza: "De esto saldremos mejores", nos repetíamos constantemente con ese ‘buenismo’ e ingenuidad que en ocasiones extremas nos caracteriza. Nada más lejos de la realidad. En líneas generales, siempre hay excepciones, el ser humano sigue siendo un gran egoísta. Disculpen este escepticismo con nuestra condición. Es lo que me sale cuando leo el parte de sucesos de la Policía Local.

Un ejemplo. En la calle Magisterio del barrio de San Antonio de la capital palentina hay un presunto hostelero. El propio gremio reniega de él. "Ese no es de los nuestros" dice un sector que se siente castigado y demonizado. Me refiero a un individuo, a un impresentable, a un pirata, que supuestamente regenta un bar y que acumula denuncias por saltarse las normas sanitarias. En el mismo saco meto a los clientes que acuden a ese tugurio.

Me cuentan que ya regentó otro bar anterior en el mismo barrio y que la actitud, como no podía ser de otra forma, era similar. Este mismo fin de semana, la policía acudió en dos ocasiones el mismo día al local y encontró clientela consumiendo en el interior. Añadan a esto una actitud desafiante ante la presencia policial. A este individuo hay que quitarle la licencia de hostelero de por vida. Hay que cerrarle el local y someterle a cuantiosas multas e incluso a medidas más contundentes. Es un peligro público, un enemigo que atenta contra la salud ciudadana.

La misma consideración me merecen las 14 personas que fueron 'pilladas' infraganti en el Monte el Viejo, en la zona de la Casa Pequeña, consumiendo alcohol, sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad. Desconozco edades, condiciones y demás. Pero me basta comprobar que no son una excepción. Que los egoístas, los irresponsables, los impresentables trufan el parte de sucesos, especialmente los fines de semana. Esto con más de 400 muertos en nuestra provincia solo en el hospital. Con esta realidad, ¿de verdad piensan que el coronavirus nos ha hecho mejores personas?

Los inconscientes lo seguirán siendo más, en un mundo plagado de insensatos que viven ajenos a la tragedia que nos ha tocado vivir. El pasado fin de semana hubo en la capital 34 sanciones por beber en la calle, 26 por no portar mascarilla y 22 por fumar sin distancia. Añadan otras 22 por estar en grupos de más de cuatro personas no convivientes. Visto lo visto, lo que nos está pasando no es solo culpa de los errores y de la gestión errática de quienes nos gobiernan en las administraciones más implicadas. Demasiado poco nos pasa. Lo raro es que no no hayamos extinguido.