El padre de Desirée pedirá la prisión permanente para madre y presunta asesina
Lugo
José Manuel Leal, padre de Desirée, ha anunciado que pedirá la prisión permanente, quiere que se prescinda de lo de “revisable”, para la madre y presunta asesina de la pequeña que contaba con siete años cuando acabaron con su vida, en mayo de 2019, en la casa de la mujer en Muimenta (Cospeito).
El tres de mayo de 2019 es una fecha imborrable en la memoria de este padre que tuvo que desplazarse desde A Coruña donde trabajaba como guardia de seguridad, luego que la “abuela materna”, “lo de abuela entre comillas”, le comunicó que su hija había muerto.
Entre lágrimas confiesa que siempre lleva en el “recuerdo” a la pequeña, aferrado a “una foto de ella cada vez que se me viene a la mente como apareció mi niña”, su “princesita” con “la boquita destrozada y sangre en las uñas para defenderse, en los brazitos”.
“Más que difícil olvidar eso es imposible. Estoy con mucho tratamiento, diez pastillas y si no fuera por eso no se donde estaría”, suelta José Manuel que tuvo que dejar su trabajo por una “incapacitación” e irse a vivir con sus padres en la parroquia de Roupar, en el concello de Xermade.
Este padre, desolado, afligido, desconsolado, desde ese fatal tres de mayo de 2020, no duda en sostener que ese día “se cometieron tres asesinatos”, su “niña”, é también y la presunta autora a la que describe como “un monstruo” y que permanece en la prisión de Teixeiro (A Coruña) desde poco después de haberse perpetrado el crimen. “Mi único pensamiento es irme junto a ella, junto a Desirée para estar a su ladito”, sentencia resoplando.
José Manuel Leal avanza que pedirá la “prisión permanente”, quiere eludir lo de “reversible”, para la que fue su mujer y de la que llevaba separado cuatro años cuando se produjeron los hechos.
Desliza que “cumple todos los requisitos”, entre otros “ensañamiento y menor de edad” y aún así “nunca pagará lo que hizo” sí finalmente es condenada, deduce.
“Siempre digo que la normativa del código de circulación cada año se cambia, con sanciones más duras y en estos casos el código penal sigue igual, no se ha reformado para estos casos de monstruos humanos, de escoria humana”, contrapone este padre quien tiene claro que este tipo de delincuentes “no pueden volver a juntarse con el resto de la sociedad y aún así jamás pagarán por lo que hicieron”, repite insistentemente.
Aún revive cuando tuvo que enterrar a Desirée, “con un espadatrapo en la boca, que la llevaba toda cosida, con la boca destrozada” lo que le impidió despedirse de ella con “un besito”.
Y es que la asfixia mecánica puede estar detrás de la muerte de la niña de “siete añitos”, que la noche anterior se había despedido de su padre con “millones y millones de muchos besitos y abrazos”. “Era un cielo de niña, le encantaban los animales, los cuidaba. Nos queríamos muchísimo”, rememora emocionado José Manuel Leal que reconoce los problemas que ya se le plantearon por su ex mujer desde el primer día de su separación que había abrazado el mismo cuatro años antes.
“La profesora de religión siempre me contaba que Desirée cuando salía e iba a pasar el fin de semana conmigo decía ´oxe vou ir xunto papa”. La noche anterior, el viernes iba a recoger a mi princesita a las siete de la tarde. A la madre no le gustaba nada que le dijera que quería hablar con mi niña, ella decía que tenía nombre. Pedí hablar con Desirée y las últimas palabras fueron ´bueno papa hasta mañana´y yo le correspondí con ´muchos besitos y abrazos, a lo que respondió pues yo millones de millones de besitos y abrazos´”, esa fue la última conversación con su hija.
Ahora solo le queda el consuelo “de hacer justicia” en una vida que se le va de las manos desde aquel 3 de mayo en que dice que no sabe como pudo coger el coche desde A Coruña para desplazarse a Muimenta (Cospeito) donde se cometió el crimen.