Salvemos la hostelería

Palencia

Todos los días vemos en las noticias las distintas manifestaciones que llevan a cabo los hosteleros de este país. Es verdad que está siendo uno de los sectores más afectados por esta pandemia, pero ni es el único y ni siquiera el más perjudicado.

Por ejemplo, todo lo relacionado con el sector turístico se encuentra prácticamente paralizado, los gimnasios ni te cuento, la cultura casi desaparecida, y así un sinfín de empresas y sectores. No nos olvidemos de ellos, ya que parece que sólo existen bares, restaurantes y discotecas.

Esto no es óbice para que se manifiesten y soliciten ayudas para poder mantener sus negocios y a todas las familias que se ven afectadas. En el caso concreto de Palencia, han sido muchas las iniciativas llevadas a cabo por el sector y, por lo general, muy imaginativas.

La razón, a mi entender, les asiste en gran medida. Es una alegría pasear por distintas zonas de la ciudad y ver cómo las terrazas están a rebosar de gente y el bullicio que se genera, no es música celestial, pero alegra el ambiente.

Por otro lado, hay una parte de sus argumentos con los que no estoy de acuerdo. Según los representantes del sector, sólo un 3,5% de los brotes de coronavirus se producen en los bares y restaurantes, tomando los datos que proporciona el Ministerio de Sanidad. Pero se les olvida decir que en España la trazabilidad de los casos es muy baja, por lo que esos datos no tienen ninguna fiabilidad. Aún así, este porcentaje, aunque reducido, confirma que en realidad sí se producen contagios en la hostelería.

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Los resultados de una investigación publicada el 10 de noviembre en la revista Nature también contrastan con la postura de los hosteleros. Este estudio, realizado en Estados Unidos a partir de los datos de 98 millones de teléfonos móviles, revela que ocho de cada diez nuevas infecciones se producen en restaurantes, bares, cafeterías, gimnasios y otros lugares cerrados y concurridos.

En algunos hospitales españoles han hecho otro estudio en el que se demuestra que, de las personas ingresadas por la Covid-19, los que visitan con frecuencia bares y restaurantes son cuatro veces más que los que no lo hacen.

¿Quiere decir esto que hay que cerrar toda la hostelería? No rotundo. Creo que si somos conscientes del peligro lo que hay que hacer es tomar medidas.

La primera sería establecer el toque de queda de 10 de la noche a 7 de la madrugada y que los bares y restaurantes pudiesen funcionar en ese horario. Así evitaríamos, en lo posible, las reuniones en domicilios particulares en las que no hay ningún tipo de control.

La segunda es la exigencia de la mascarilla en todo momento, tanto en terraza como en el interior, con la excepción del momento en que se abra la boca para comer o beber. Esto ya lo han implantado Extremadura y Madrid y creo que los primeros interesados en que se cumpla esta acción deben ser los propios hosteleros.