El Logroñés avanza en la derrota

El consuelo no da puntos, pero anima el espíritu. Hay derrotas, que generan crisis y otras que pueden ser entendidas como un punto de inflexión en positivo si la plantilla logra quedarse con aquellos aspectos que suman en lugar de restar. El Logroñés igualó al Mallorca, con el que mereció al menos un empate que no se materializó al final del encuentro por el escaso acierto ofensivo sobre la portería de Reina a pesar de generar unas cuantas ocasiones de peligro, y también por la intervención del VAR, que revisó la posición de fuera de Roni tras su golpeo dentro del área pequeña tras el remate de cabeza de Petcoff pero que no revisó, un segundo antes la mano de Raíllo que desvió la pelota hacia la posición de Roni, que remachó a placer para hacer el primero. Es decir, el VAR sanciona el fuera de juego, pero no la mano previa tras el remate de Petcoff. Por tanto, el VAR entiende que Petcoff asiste a Roni que interviene en la jugada. Interpreta el VAR que Petcoff asiste y no remata. Y el VAR no interpreta, el VAR solventa errores. Y si hay fuera de juego de Roni, hay mano de Raíllo, que se produce antes del remate de Roni. ¿Qué hubiera pasado si Raíllo no desvía el golpeo de cabeza de Petcoff? ¿Hubiera llegado Roni a esa pelota? No lo sabremos nunca, porque la única certeza es que la mano de Raíllo llega antes que el remate de Roni, que podría haber decidido no rematar esa pelota al verse en fuera de juego. En esto del fútbol no existe el debate de qué fue antes: si el huevo o la gallina. Primero remata Petcoff, el balón golpeó en la mano de Raíllo, y luego se produce el remate de Roni en fuera de juego. El VAR anula el remate de Roni, pero no señala una mano indiscutible dentro del área que es penalti claro durante toda la temporada.

Siete minutos después de esta acción, en el 16, llegó el gol mallorquín que le permite seguir en lo más alto de la tabla. Medina de resbala, Cufré gana la banda izquierda con comodidad, y asiste a Sánchez que se anticipa a Iago para hacer el que a la postre fue el gol de la victoria. Mereció el empate el Logroñés, tanto en la primera parte como en la segunda. Pero la distancia de un gol para el Mallorca ha sido imposible de atajar para un equipo que debe quedarse con todo lo bueno que ha logrado hacer contra el líder de Segunda, que debe poner en práctica con el resto de equipos y así conseguir el objetivo de la salvación.