Los quintos, una celebración a la que se incorporaron las mujeres y perdió el sentimiento militarista
Santa Margalida, Maria de la Salut y Petra son algunos de los pueblos que mantienen esta tradición

Hablamos con tres generaciones de quintos
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Palma
Los jóvenes de Mallorca que tenían que ir a la mili al cumplir los 18 años celebraban los quintos para disfrutar de ese año antes de marcharse de su casa. Con el paso de los años, a esta celebración se incorporaron las mujeres y poco a poco se perdió el sentimiento militarista. Ahora los quintos se celebran en algunos pueblos del Pla de Mallorca. Sin embargo, la COVID ha impedido que los nacidos en los años 2002 y 2003 lo puedan celebrar.
Xisco Bergas un historiador de Santa Margalida cuenta que esta tradición apareció en el siglo XX para disfrutar del último año antes de ir a hacer el servicio militar obligatorio. Bergas explica que los quintos ayudaban a organizar los bailes y las fiestas del pueblo y que por ello, se asocia a un año de fiesta. Este sentimiento quedó vinculado en algunos pueblos de la part forana de Mallorca. Margalida, Maria de la Salut y Petra son algunos de los pueblos que aún celebran los quintos.
El medallista olímpico Toni Tauler también fue quinto. En el 92 cumplió los 18 años y en el 93 se marchó a hacer la mili. Su quintada fue la primera en contar con las jóvenes del pueblo. Tauler explica que su quintada ayudó a organizar las fiestas de Sant Antoni y los carnavales.
Bergas afirma que los quintos y las inocentadas van de la mano. Cada quintada tiene su historia de lo que hicieron o no. Bergas cuenta que buena parte de su grupo terminó en el cuartelillo de la Guardia Civil. Tauler recuerda que tocaron las campanadas de la iglesia en plena noche.
Sin embargo, hay algunos pueblos en los que los quintos los celebran los jóvenes que cumplen 20 años. Algo que se están planteando los quintos del 2003 en Santa Margalida.
Elionor Nadal explica que el de los quintos es un año muy esperado por los jóvenes del pueblo. Sin embargo, este año la pandemia ha impedido que los quintos del 2003 puedan celebrar su mayoría de edad.
Francina Martorell dice que una solución sería aplazar los quintos. Es decir, que a partir de ahora se celebren a los 20 años como en Maria de la Salut.
Las quintas más jóvenes confían en que los quintos no desaparecerán. Sin embargo, Bergas cree que esta tradición solo se mantendrá en los pueblos pequeños y mientras la gente se conozca. Dice que en los pueblos dormitorios y donde no hay sentimiento de grupo, los quintos acabaran desapareciendo.




