Balance

León

Se cumple un año de la llegada de la peste y, ahora que las cifras ofrecen un alivio pequeñito, quizás convendría hacer balance , siquiera provisional, de la gestión política. Y cuando uno mira las cifras y compara, no puede por menos que concluir que aquella se acerca mucho a la categoría de desastre. Pero el desastre admite matices y en algunos casos estos tiran a negro y ruinoso.

En Castilla y León, las decisiones de la Yunta se han movido y se mueven entre la incompetencia y la propaganda. A golpes de rueda de prensa , ad maiorem Igea gloriam, y de medidas de dudosa o nula efectividad (adelantos ilegales del toque de queda, cierres perimetrales, cribados masivos), hemos caminado entre tinieblas durante muchos meses.

Pero las cifras arrojan luz, una luz dolorosamente clara sobre lo ocurrido , sobre lo que ocurre.

Computan las estadísticas 6300 muertos en la comunidad, prácticamente los mismos que la Comunidad Valencia, sólo que allí viven 5 millones de habitantes, más del doble que aquí. En Euskadi, con prácticamente el mismo censo que aquí, han fallecido 3700 , y en Galicia con más población han muerto menos de 2200. Es decir, no es cuestión de color político, sino de incompetencia pura y dura, de una negligencia criminal que cuesta vidas.

Dejo a su imaginación descubrir cuál es la provincia más castigada en vidas de la comunidad. Otra casualidad que esperamos que curará el amor que nos promete el presidente muñeco.

También sabemos que 8 de cada 10 mayores que fallecieron en nuestras residencias entre marzo y octubre no fueron trasladados a hospitales. Otra negritud infame en el curriculum de nuestros mandarines.

Por eso, cada vez que veo al Napoleón Igea gustándose delante de un micro, dando lecciones desde su cátedra de la estulticia y sacando brillo al traje de superhéroe, la náusea me asalta y me entran unas ganas terribles de visitar la letrina , en donde él retoza eternamente.