La bici de Yago
La Firma de Eva Calleja

"La bici de Yago", la Firma de Eva Calleja
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Palencia
Hay pequeñas historias que me hacen recuperar la fe en el ser humano y hoy quiero compartir con todas y todos ustedes una de esas historias que conocí a través de las redes sociales y que me ha tenido absolutamente cautivada por sencilla y por lo que dice en relación con la cantidad de buena gente que nos rodea.
Todo empezó la pasada semana cuando la madre de un niño, de Yago, pidió que compartiéramos en Facebook la desaparición de la bici de su hijo de cinco años, una bici, a la que había puesto como nombre Ninja, y que Yago usaba cada día, entre otras cosas, para ir al cole.
A partir de ahí se generó una ola de generosidad y solidaridad sencillamente emocionante.
La bici no ha aparecido pero fueron decenas las personas que ofrecieron de forma inmediata una bici para Yago, ofrecimientos que llegaron desde diferentes lugares de Palencia y de más allá de la geografía provincial.
Hay un detalle de esta historia que me pareció precioso. Yago ofrecía a quién le devolviera su bici un "super dibujo". Gran regalo. Maravilloso quién ofrece lo mejor que tiene, su creatividad, su tiempo, sus lápices y sus colores... sencillamente maravilloso.
Cuando la madre de Yago ha contado en redes que su hijo ya tiene una bici ha animado, a cuantas personas le ofrecieron bicis para Yago, que se las regalen a un niño o niña que la necesite a cambio de un dibujo. Dice textualmente: "para que el mundo se llene de dibujos, personas en bici, carriles bici y haya menos robos y personas malintencionadas".
Esta historia va de muchas cosas no solo de una bici robada. Esta historia va de unos padres que querían denunciar lo injusto, lo triste y lo ruín que es que le roben la bici a un pequeño de cinco años.
Esta historia va de gente generosa y va de super dibujos que pueden generar una gran felicidad porque siempre es más importante tener experiencias positivas que tener cosas. Una mala persona puede robarte una cosa pero nadie podrá nunca robarte una buena experiencia.
Yago está feliz con su nueva bici dorada, que por cierto ya ha puesto nombre, en este caso la ha llamado "snitch dorada", una referencia a los libros de Harry Potter. Su madre nos contaba cómo Yago le iba relatando con detalle, a su nueva bici, cómo había llegado hasta él. Supongo que escucharle hablar a esa bici ha tenido que ser un momento emocionante.
Lo dicho. Pequeñas historias, tan pequeña y a la vez tan grande como esta que me reconcilian con el género humano.
Pensemos por un momento en el montón de cosas que se acumulan en nuestras casas, en nuestros trasteros, que nunca más usaremos y que podrían hacer tan felices a otros.
Merece la pena detenerse un instante para darle una vuelta a eso y plantearnos, tal vez, hacer algo al respecto.
Cuidense mucho. Eso es lo que toca ahora.




