La 'heroína' que dejó Madrid en plena pandemia para encargarse del bar de Terradillos

Aranda de Duero

La pandemia ha roto muchas vidas y muchas familias. Pero, si algo positivo podemos sacar de esta convulsa situación, es que también ha hecho que varias personas hayan conectado y descubierto el mundo rural, tan desconocido a la par que abandonado por las instituciones. Y si no fuera por la covid, Carmen Zura no habría descubierto su nuevo hogar -Terradillos de Esgueva- y sus nuevos vecinos, que admite, "me han robado el corazón".

Zura residía en Madrid con su familia, pero la pandemia hizo que tuviera que acogerse a un ERTE. Una situación que le empujó a tomar esta decisión cuando surgió la posibilidad de cambiar de aires. "Mucha gente me ha preguntado cómo pude cambiar Madrid por Terradillos, en plena pandemia y encima para encargarme de un bar. Pero es que yo quería probarlo, me gustó el bar desde el primer momento que lo vi, e igual estoy un poco loca pero es que tengo claro que lo volvería a hacer", asevera feliz.

Feliz porque en Terradillos ha encontrado un hogar. Y aunque ahora viva sola -a excepción de los fines de semana cuando recibe la visita de su marido- en realidad está muy bien rodeada, por mucha gente que le cuida y que se ha ganado también su cariño. "Tenemos una relación muy cercana, hay gente mayor que viene a tomar el café y su vino, lo pasan a gusto. Luego hay señores que venían a jugar sus partidas, cumpleaños, y todo muy bien. Con Montse -la alcaldesa- siempre recalcamos que si no fuera por la pandemia yo no estaba aquí. Y la verdad es que estoy muy a gusto en el pueblo, nunca había vivido en uno, pero si tengo que escoger entre una ciudad grande y un pueblo como Terradillos, me quedo aquí", señala.

Y es que El Lagar de Terradillos -como se llama el bar- "es nuestra forma de relacionarnos, y si bien es cierto que la pandemia ha hecho que modifiquemos los háabitos, el bar sigue siendo una parte muy importante de nuestro pueblo", cuenta Montse Monje, la primera edil del municipio. "La llegada de Carmen ha sido como una bocanada de aire fresco, se ha adaptado muy bien a nosotros y su personalidad, ilusión y pulcritud además de la amplia oferta de productos hace que estemos muy a gusto y tengamos muchas ganas de que todo acabe para poder disfrutar de todo lo que nos ofrece. La cuidaremos para que siga siendo una más", asevera.

Y es que la oferta de Zura en su establecimiento es amplísima, y poco común en un bar de la zona rural. "Habrá más sorpresas, la pandemia me ha frenado pero tenemos idea de tener mucha variedad de cervezas importadas, de cócteles y copas...", apunta.

Pero sin lugar a dudas, con lo que se queda Carmen de esta nueva experiencia no solo es el haber descubierto lo bien que se vive en la Ribera, sino el cariño y la bondad de sus gentes. "Lo mejor es sentirse cuidado, y es mutuo porque en poco tiempo me han robado el corazón, desde el más pequeño al más mayor, es un compromiso de corazón que lo tengo yo con el pueblo, y siento de una manera recíproca el cariño de ellos hacia mí", sentencia.

La charla al completo puede reproducirse en el siguiente audio.