¿Es necesario sacrificar, en plena fatiga pandémica, la Semana Santa?

Asturias

Dentro de unos días se cumple un año desde que se decretó el confinamiento de la población y el primer Estado de Alarma. Ayer, la Comisión de Salud Pública acordó que todas las comunidades autónomas permanezcan cerradas durante Semana Santa y que se mantenga el toque de queda de diez de la noche a seis de la mañana ante la desesperación del sector turístico. En todo este tiempo hubo restricciones severas, alivio de medidas, vuelta a los cierres... pese a la esperanza que supone la vacuna, no se flexibiliza nada hasta nueva orden.

¿Es necesario este nuevo sacrificio en plena fatiga pandémica o corremos el riesgo de que los ciudadanos renieguen de sus gobiernos y se salten las normas por su cuenta?

¿Tienen razón quienes defienden que sea la evolución de la pandemia los que marquen la hoja de ruta de las restricciones o sería caer en un nuevo error?